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miércoles, 29 de marzo de 2023

El discurso de odio: antesala de grandes conflictos y tragedias

 


La proliferación de las redes sociales y los movimientos populistas, tanto de extrema derecha como de izquierda, ha extendido el discurso de odio hasta niveles alarmantes.

Aunque el discurso de odio siempre ha existido en la historia, muchas de sus manifestaciones han desembocado en horripilantes genocidios, mientras que hoy populares medios digitales han servido involuntariamente de canal para catalizar viejos conflictos sociales, propalar desinformación, abrir heridas no cicatrizadas y discriminar aún más a comunidades de por sí marginadas e incitar la violencia contra ellos.

Este artículo analizará qué es el discurso de odio, sus principales causas, ejemplos de cuánto daño pueden ocasionar y presentará cuál es la estrategia planteada por Naciones Unidas para combatirlo.

¿Qué es el discurso de odio?

Según Naciones Unidas[1], el discurso de odio es "cualquier tipo de comunicación ya sea oral o escrita, -o también comportamiento-, que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio en referencia a una persona o grupo en función de lo que son, en otras palabras, basándose en su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otras formas de identidad".

Continuando con su definición, en todo discurso de odio están presentes estos tres elementos:

  • Se puede materializar en cualquier forma de expresión, incluidas imágenesdibujos animados o ilustracionesmemesobjectosgestos y símbolos y puede difundirse tanto en Internet como fuera de él.
  • Es “discriminatorio” (sesgado, fanático e intolerante) o “peyorativo” (basado en prejuicios, despectivo o humillante) de un individuo o grupo.
  • Se centra en “factores de identidad” reales o percibidos de un individuo o grupo, que incluyen: “su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia o género”, pero también en otras características como su idioma, origen económico o social, discapacidades, estado de salud u orientación sexual, entre otras muchas.

Causas del discurso de odio

Aunque nunca habrá una justificación legítima para tal conducta, múltiples pueden ser las razones por las cuales el discurso de odio puede surgir y toma fuerza en diversas sociedades y/o momentos históricos, aunque algunas veces puede obedecer a una combinación entre ellas:

  • Incidentes históricos: Con frecuencia, la principal razón por la que un grupo específico es víctima del odio se debe a razones históricas que vienen siendo arrastradas desde siglos atrás. Naciones que en el pasado invadieron a otras o que se enfrentaron bélicamente, a veces los descendientes de uno de los bandos terminan siendo minorías étnicas en los países donde alguna vez hubo conflicto. Tal es el caso de los nativos americanos en Estados Unidos, las minorías rusas que habitan en países que formaban parte del Imperio Ruso/URSS, los ingleses en Irlanda o los escoceses en Inglaterra.


    Los conflictos entre escoceses e ingleses data de hace siglos

  • Minorías étnicas: En países que cuentan con múltiples etnias en su población, con frecuencia surge el discurso de odio desde la etnia mayoritaria contra las minoritarias. Es el caso de los gitanos o romaníes en Europa; muchos indígenas de Centro y Sudamérica; los bosnios, croatas y albanos en la antigua Yugoslavia/Serbia; los tutsis en Ruanda; los armenios en Turquía, y un largo etc.
    Los gitanos son una de las minorías étnicas más discriminadas en Europa

  • Conflictos religiosos: La religión ha sido un común denominador en numerosos conflictos históricos que degeneraron en discurso de odio, muchos de los cuales terminaron en genocidio. Fue el caso de los judíos y musulmanes en la Península Ibérica católica del siglo XV (todavía pervive el antisemitismo en algunos países), católicos y protestantes en Irlanda del Norte, musulmanes de la etnia rohinyá en Myanmar, etc.
    Los judíos sefarditas fueron expulsados de España en el siglo XV

  • Fascismo: El fascismo, y sus variantes neofacistas, como ideología hacen de sembrar el odio su principal herramienta de propaganda. Aunque se supuso erradicada con la victoria aliada en Europa sobre Hitler y Mussolini, esta corriente de pensamiento de extrema derecha ha encontrado la forma de perdurar y hasta fortalecerse en algunos países donde sus símbolos, conmemoraciones y eslóganes son permitidos,  como es el caso de algunos países de Europa del Este. Ejemplos de discursos de odio contra minorías, generados por regímenes fascistas o neofacistas, encontramos en la Alemania de Hitler contra judíos, comunistas, homosexuales y polacos; en la España de Franco contra republicanos, anarquistas y comunistas; entre otros.
    Propaganda anti judía de los nazis

  • Regímenes comunistas y fundamentalistas: También gobiernos de extrema izquierda o basados en fundamentalismo religioso, fueron caldo de cultivo de discursos sistemáticos de odio. Fue el caso de la URSS de Stalin contra liberales y demócratas; intelectuales y opositores en la Camboya de Pol Pot; o más recientemente, en Irán contra los prooccidentales; en Afganistán bajo los talibanes contra los musulmanes no ortodoxos y en los territorios ocupados por el Estado Islámico (ISIS) contra todo lo que no fuera musulmán sunita.
    El movimiento ISIS alimenta el odio a todo lo que no sea musulmán sunita

  • Inmigración: Los fenómenos migratorios, especialmente cuando se producen en grandes oleadas, producen tensiones sociales que generan también discursos de odio de una parte de la población autóctona más conservadora. Se ha observado en algunos países europeos contra los inmigrantes sirios; en Francia y España contra los inmigrantes africanos; entre otros.
    La masiva inmigración en Europa ha generado tensiones sociales en algunos países

  • Populismo: El populismo es un estilo o tendencia política, que puede estar en cualquier parte del espectro izquierda-derecha, que se caracteriza por contar con un fuerte liderazgo carismático y que centra sus propuestas en la simplificación dicotómica de los problemas (separando los “buenos” de los “malos”), donde los argumentos son más emocionales que racionales[2]. Precisamente en ese esfuerzo por identificar a los “malos”, con frecuencia los regímenes o movimientos populistas caen en la generación de discursos de odio que terminan fracturando la sociedad. El ejemplo más reciente fue el caso de Donald Trump en los Estados Unidos, cuyo discurso populista e incendiario crispó tanto a la sociedad que, ante el asesinato de un afroamericano a manos de la policía en Minneapolis, ocurrió un estallido social que abarcó todo el país con decenas de personas heridas o fallecidas.
    El incendiario discurso de Trump generó muchos conflictos sociales en USA


Como puede verse, el discurso de odio puede ser ocasionado por múltiples razones, por lo que la manera de prevenir y enfrentar ese flagelo debe ser utilizando diferentes estrategias, dependiendo de cuáles sean las causas.

Genocidios causados por el discurso de odio

En ocasiones, las corrientes de pensamiento que impulsan los discursos de odio llegan al extremo de ocasionar, directa o indirectamente, crímenes atroces que muchas veces llegan a la categoría de genocidio. Veamos los casos contemporáneos que mayor cantidad de víctimas han tenido:

  • Holocausto: Es bastante conocido que los nazis de Alemania (apoyados por movimientos colaboracionistas de corte fascista en Lituania, Ucrania, Rumania, Croacia, entre otros) asesinaron en Europa a más de 6 millones de judíos entre 1941 y 1945. Si se suman polacos, gitanos, comunistas y homosexuales, la cifra superó los 11 millones de víctimas. Pero antes de que abrieran las cámaras de gas, años antes los nazis habían iniciado una profusa campaña de odio y desinformación contra los judíos, como forma de justificar la discriminación contra ellos y, eventualmente, justificar ante la población alemana los crímenes atroces que estaban planificando.
  • Holocausto Armenio: Fue la persecución, deportación y asesinato de cerca de 2 millones de armenios por parte del Imperio Otomano entre los años 1915 y 1923. Esa masacre, cometida por el movimiento Jóvenes Turcos que gobernaba en ese entonces, había sido precedida por siglos de discriminación, principalmente por ser creyentes cristianos en un imperio mayoritariamente musulmán. Eran tratados como ciudadanos de segunda categoría, no pudiendo portar armas o dar testimonio en tribunales ni profesar su fe en lugares diferentes a los que tenían autorizados.
  • Genocidio de Ruanda: Fue el asesinato de un millón de personas, principalmente de la etnia tutsi, en Ruanda, por parte del gobierno liderado por la etnia mayoritaria hutu en el año 1994. El origen de esta confrontación social data del siglo XIX, cuando el gobierno colonial belga impuso un sistema de castas en la población ruandesa, estableciendo que la minoría tutsi fuera la clase gobernante, mientras que la mayoría hutu fuera la subordinada, generando un odio social que se acrecentó con los años. Cuando Ruanda se independizó de Bélgica en 1961, los hutus se hicieron con el poder, lo que provocó que movimientos tutsis clandestinos, como el Frente Patriótico Ruandés (FPR), se dedicaran por décadas a realizar atentados y socavar al gobierno. El detonante fue el atentado realizado por FPR en el derribaron el avión en que viajaban los presidentes de Ruanda y Burundi, ambos de origen hutu. El arribo al poder de una facción extremista hutu, más décadas de discurso de odio generalizado contra los tutsis, desencadenaron en una de las masacres más brutales de la historia contemporánea.
  • Genocidio de Camboya: Entre 1975 y 1979, el régimen comunista de Pol Pot, de corte maoísta y estalinista, sometió a la población camboyana a una ruralización forzada, que implicó ejecuciones, torturas y trabajos forzados que llevaron a la muerte a más de 1.5 millones de personas. Durante los cuatro años de mandato del régimen que encabezó, Pol Pot y los líderes de su movimiento Khmers Rojos desarrollaron un nivel de paranoia tal, que utilizaban pseudónimos en todo momento y eran casi invisibles (Pol Pot es un sobrenombre, se llamaba realmente Saloth Sar), e improvisaron un régimen caótico que evacuó la población de las grandes ciudades para instaurar villas y aldeas agrícolas en el interior del país. En ese proceso, los extremistas del régimen se dedicaron a denostar y discriminar a todo aquel que en el pasado fuera burócrata, empresario, médico, abogado o simplemente un habitante de las grandes ciudades.

La estrategia de Naciones Unidas contra el discurso de odio

Desde su surgimiento, la Organización para las Naciones Unidas (ONU) ha enfrentado el discurso de odio a escala global, conscientes de que casi siempre degenera en discriminación, hostilidad y violencia. Por tal razón, dicho organismo elaboró en 2019 una Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la Lucha contra el Discurso de Odio[3].

Dicha estrategia asume los siguientes compromisos:

  • Vigilancia y Análisis del Discurso de Odio
  • Hacer frente a las causas profundas, los factores y los protagonistas del discurso de odio
  • Aliento y apoyo a las víctimas del discurso de odio
  • Reunión de los agentes pertinentes
  • Colaboración con medios de comunicación nuevos y tradicionales
  • Uso de la tecnología
  • Uso de la educación como instrumento para afrontar y contrarrestar el discurso de odio
  • Promoción de sociedades pacíficas, inclusivas y justas para hacer frente a las causas profundas y los factores del discurso de odio
  • Actividades de promoción
  • Elaboración de orientaciones para la comunicación externa
  • Aprovechamiento de las alianzas
  • Creación de capacidad del personal de las Naciones Unidas
  • Apoyo a los Estados Miembros

Toda la estrategia y su aplicación, según plantea la ONU, debe estar en consonancia con el derecho a la libertad de expresión y opinión, abogando por promover un discurso positivo que se contraponga al discurso de odio.

También la ONU hace hincapié en apoyar a la nueva generación de ciudadanos digitales, toda vez que la mayor propagación del discurso de odio se genera a través de los medios digitales, por lo que las personas tienen que estar en capacidad de identificar, rechazar y responder al discurso de odio en la era digital.

Sin embargo, debemos admitir que el discurso de odio sigue presente, y algunos casos pareciera estarse saliendo de control, por lo que la ONU se ve compelida a redoblar esfuerzos y aumentar las acciones y recursos dedicados a enfrentar este mal.

Es por ello que cada persona sensata, desde su ámbito, debe poner de su parte y rechazar cualquier asomo de tan nocivo y peligroso flagelo, para evitar que en su entorno germine y se propague la semilla del odio, para no tener que lamentar nuevas atrocidades que solamente sirven para avergonzar, degradar y hacer retroceder a la raza humana.

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