Una revolución es un cambio
radical en la estructura de poder que trasciende en el orden político, social y
económico, que normalmente se produce por grupos de personas descontentas con
el orden vigente enfrentados a otro grupo que defiende el estado de cosas o status quo. Ya Aristóteles decía hace casi 2,400 años que
la causa de toda revolución es la desigualdad[1].
El reciente fallecimiento de
Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, genera una pregunta obligada: ¿Cuánto
podrá sobrevivir su revolución después de su muerte? Por supuesto, la respuesta
a esa pregunta dependerá de muchos factores de diversa índole, que no son el
objetivo de este artículo.
A través de la historia, han
ocurrido cientos de revoluciones diseminadas por todo mundo y pertenecientes a
corrientes ideológicas diferentes. Nos
detendremos a analizar las 10 más importantes revoluciones políticas, las que
más impacto han tenido a través del tiempo y que han influido de manera notable
en el devenir histórico, y nos enfocaremos en cuánto tiempo esas revoluciones y
sus principios se mantuvieron vigente más allá de la extinción de sus líderes
fundadores:
Oliver Cromwell |
- Revolución Inglesa: Es el período de la historia del Reino Unido entre 1642 y 1689, en el cual la burguesía inglesa se rebeló contra los monarcas absolutistas Jacobo I y su hijo Carlos I, en un contexto en que la actividad comercial generaba más riqueza que la tenencia de tierra por parte de la nobleza. Oliver Cromwell fue el líder de dicha revolución, llegando a instaurar la única república que conoce la historia inglesa, de la cual se autoproclamó Lord Protector. Ideológicamente se orientaba por los postulados puritanos y era un ferviente anticatólico. Su república, cuyo protectorado pasó a manos de su hijo Richard, apenas perduró 2 años después de su muerte en 1658. A partir de 1660 se restauró la monarquía con Carlos II (que restableció la dinastía Estuardo), cuya corona pasa a manos de su hermano Jacobo II, quien trató de reintroducir el absolutismo y el catolicismo. Finalmente, una nueva guerra civil en 1688 depone a Jacobo II e entroniza a Guillermo III con reglas de juego nuevas, donde el poder del rey tiene de contrapeso al del Parlamento, que perduran hasta nuestros días. La Revolución Inglesa y las ideas de Cromwell conformaron lo que conocemos hoy como la Monarquía Parlamentaria.
George Washington - Revolución de Estados Unidos: Fue el proceso revolucionario que enfrentó a las Trece Colonias británicas de América del Norte contra el Reino Unido y que devino en su independencia como Estados Unidos de América en 1776. Este hecho fue trascendental porque fue la primera independencia contra el colonialismo imperial reinante en la época (encabezado principalmente por Inglaterra, España y Francia) y, según algunos historiadores, su trascendencia inició la Edad Contemporánea. George Washington es considerado el padre de esa nación, al mismo tiempo que el principal líder de la revolución. Ese liderazgo lo gano palmo a palmo encabezando al ejército revolucionario durante la Guerra de Independencia contra Inglaterra. Aunque también se consideran Padres Fundadores a varios próceres como John Adams, Thomas Jefferson, Benjamín Franklin y otros, Washington fue elegido a unanimidad como primer presidente de la nueva nación en 1789. El principal legado de esa revolución fue establecer los principios republicanos y libertarios que se diseminaron por todo el mundo, empezando lo que los historiadores denominan el Ciclo Atlántico, que inició en Norteamérica, continuó con en Francia y terminó en Latinoamérica. Washington se retiró a la vida civil al terminar su segunda presidencia en 1797, hasta morir en 1799. La Revolución de Estados Unidos no solo ha sobrevivido más de 200 años a Washington y al resto de sus padres fundadores, sino que la nación a la que dio origen se mantiene hoy día como una de las principales potencias mundiales y sus postulados republicanos y democráticos siguen estando vigentes a la fecha.
George-Jacques Danton - Revolución Francesa: Es el período que convulsionó a Francia desde 1789 hasta 1799, que marcó el final del absolutismo y el feudalismo en ese país. Estuvo inspirada en los ideales liberales de los pensadores de la Ilustración (Voltaire, Rousseau, Montesquieu, etc.), decapitando literalmente a la monarquía, estableciendo la república, separando la Iglesia del Estado y creando las bases de la sociedad moderna. Entre sus principales aportes fue la separación de los poderes del Estado y la Declaración de los Derechos Universales del Hombre, los cuales han permanecido vigentes a través de los siglos. La Revolución Francesa tuvo varios líderes: George Jaques Danton, Maximiliano Robespierre, Jean-Paul Marat, entre otros. Todos murieron en los primeros 5 años de la revolución, la mayoría ejecutados por el artefacto predilecto en esa época para aplicar la pena de muerte, la guillotina. Muertos la mayoría de los líderes originales de la Revolución Francesa, ésta no duró más de 4 años, ya que en 1799, tras el período de Terror impuesto por Robespierre y la inestabilidad política del Directorio, Napoleón Bonaparte encabeza un golpe de Estado que da fin a la Primera República y, con ella, a la Revolución Francesa.
Simón Bolívar - Revolución Hispanoamericana: Es el término con que se conoce a una serie de gritos de independencia de todas las colonias españolas en América, en el contexto de la ocupación napoleónica de España. Sobrevino entonces un largo y cruento período de guerras independentistas, donde se destacan Simón Bolívar (que logró la independencia de naciones como Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú y Panamá) y José de San Martín (que intervino en la independencia de Perú, Chile y Argentina). Prácticamente en los primeros 50 años del siglo XIX se independizaron la mayoría de las naciones latinoamericanas, soberanía que todavía se mantiene vigente.
Emiliano Zapata - Revolución Mexicana: Se le denomina así al conflicto armado que surgió en 1910 ante las pretensiones de Porfirio Díaz de perpetuarse en el poder después de 34 años de mandato. Para muchos no fue más que una cruenta guerra civil ya que las fuerzas revolucionarias estaban compuestas por socialistas, anarquistas, liberales, populistas y agrarios que nunca pudieron ponerse de acuerdo entre sí, aunque sí lograron que Díaz renunciara en 1911. Sus líderes fueron Francisco Madero, Venustiano Carranza, Pancho Villa, Emiliano Zapata, Pascual Orozco, Víctor Huerta, entre otros. Para 1924 la mayoría de ellos habían sido asesinados por enemigos que venían de las propias filas revolucionarias y la mayoría de los autores dan por terminada la Revolución Mexicana justamente para ese año. Su gran legado fue poner en evidencia, mucho antes de la revolución bolchevique, las grandes desigualdades sociales imperantes y que las clases proletarias y campesinas, si tienen la voluntad e inspiración necesaria, pueden dar al traste con el sistema político establecido. Justamente el no contar con una guía política fue lo que impidió a los revolucionarios mexicanos consolidarse en el poder una vez conquistado.
Vladimir Lenin - Revolución Rusa: En 1917 estalló en la ciudad de San Petersburgo, sustituyendo el antiguo régimen zarista (de corte feudal) y que terminó instaurando en octubre de ese mismo año una República Socialista Federativa de Rusia, la cual terminó convirtiéndose en 1922 en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), una especie de Estado federal marxista-leninista que unificaba todos los estados o repúblicas que se encontraban bajo influencia del Imperio Ruso de la época zarista. Su líder indiscutido fue Vladimir Lenin, quien fue el verdadero arquitecto del primer estado comunista del mundo. A su muerte en 1924, la Unión Soviética sobrevivió durante 67 años más hasta su disolución en 1991. La trascendencia del triunfo de esa revolución fue en diversos órdenes: Desde la emancipación de las mujeres, lucha contra el analfabetismo, acceso de las masas populares a la educación y la cultura, la creación de una superpotencia mundial que durante más de 40 años encabezó el Bloque del Este a partir de la Segunda Guerra Mundial y que la enfrentó durante la Guerra Fría contra la Occidente, enfrascándose ambos bloques en una carrera armamentista que incluía también la conquista del espacio (carrera espacial).
Mao Zedong - Revolución China: Desde 1927 inició la Revolución China, encabezada por Mao Zedong, y que enfrentó inicialmente a los comunistas liderados por él contra los nacionalistas encabezados por Chiang Kai-shek. La Guerra Civil culminó en 1949 con la victoria de los comunistas que proclamaron entonces la República Popular China, confinando a los nacionalistas a la pequeña isla de Taiwán, donde todavía hoy gobiernan aunque sin reconocimiento de la ONU. Mao murió en 1976 y todavía permanece hasta la fecha la República Popular China, que se ha consolidado, después de importantes reformas económicas que han combinado el sistema político comunista con una economía de mercado, como una de las economías más grandes del mundo (solo superada por Estados Unidos), al tiempo que cuenta con el ejército más grande y cada vez mejor equipado.
Josep Broz "Tito" - Revolución de Yugoslavia: Es el proceso mediante el cual se proclamó la República Federal Socialista de Yugoslavia a partir de la victoria de las fuerzas partisanas comandadas por Josep Broz “Tito” contra los nazis alemanes en 1945, lucha que inició en 1941. Yugoslavia fue uno de los pocos casos en que fuerzas locales fueron capaces por sí mismas de liberar su territorio del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial sin la participación de fuerzas aliadas occidentales o del Ejército Rojo soviético. Tito construyó un estado federal compuesto por un crisol de etnias, manteniendo a raya los nacionalismos locales, y encontró un camino independiente para construir el socialismo. De hecho, en 1948 fue la ruptura de Yugoslavia con la Unión Soviética, hecho que aprovechó para acercarse a Occidente, mientras enarbolaba una política exterior de no alineamiento con las fuerzas beligerantes en la Guerra Fría. En efecto, durante las siguientes décadas Yugoslavia mostró uno de los niveles de vida más altos dentro de la esfera socialista. A su muerte, en 1980, la conducción del país quedó en manos de un cuerpo colegiado que representaba cada una de las naciones que componían la federación, hasta que en 11 años después el proyecto República Federal Socialista de Yugoslavia se desintegró paulatinamente en 6 naciones: Bosnia-Herzegobina, Croacia, Serbia, Montenegro, Eslovenia y Macedonia, no sin antes desencadenarse una cruenta guerra civil.
Fidel Castro - Revolución Cubana: En 1959 ascendió al poder Fidel Castro, líder del movimiento guerrillero que derrocó en Cuba al dictador Fulgencio Batista. De inmediato, se declaró un estado socialista que tuvo como respuesta un embargo impuesto por Estados Unidos, el cual se mantiene vigente. Desde su llegada al poder, el régimen de Castro se concentró en invertir en la salud y educación, logrando importantes avances en materia de desarrollo humano, aunque la población ha tenido que sortear dificultades económicas de todo tipo. La Revolución Cubana ha tenido una gran trascendencia en el ámbito regional e internacional, ya que catalizó los movimientos de izquierda en toda Latinoamérica, al tiempo que apoyaba a muchos de ellos militar o técnicamente, como ocurrió con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua o el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA). Sus programas educativos o de salubridad, donde lograron erradicar el analfabetismo y muchas enfermedades endémicas han servido de modelo de referencia para naciones subdesarrolladas. Con la muerte de Castro en el 2016 (y tomando en cuenta que por razones de salud salió del poder en el 2008), la Revolución Cubana sigue siendo una realidad y es una incógnita predecir cuánto tiempo más podrá sobrevivir.
Ayatolah Jomeini - Revolución Islámica: En 1979 un movimiento de amplia base social derroca al Sha de Irán, Mohammed Reza Pahlevi. El líder de la rebelión fue el Ayatolah Ruholah Jomeini, quien ostentó el título de Líder Supremo del país hasta su muerte en 1989. El principal logro de esta revolución fue llevar a Irán, que a partir de 1979 logró erradicar totalmente el colonialismo, y al chiismo (como corriente religiosa dentro del islamismo) al primer orden regional y mundial. De hecho, en el convulso Oriente Medio, está entre las naciones que ha logrado mayor estabilidad política y económica en los últimos 25 años, especialmente después que terminó la guerra contra Irak. Después de la muerte de Jomeini en 1989, la República Islámica de Irán se ha mantenido en pie y ha logrado incluso desarrollar la democracia con elecciones presidenciales cada cuatro años.
Las revoluciones son
transformaciones profundas de todo el orden establecido. Como decía el insigne filósofo griego, efectivamente surgen
de situaciones de gran desigualdad e injusticia. Pero, como la historia demuestra, los
procesos revolucionarios como cualquier otro proceso, si no son sistematizados
y solo se amparan en el liderazgo fuerte y carismático de su principal promotor
o fundador, terminará siendo erradicado o vencido por fuerzas que sí se
preparan y estructuran para vencerlos, una vez ese liderazgo se haya
extinguido.
Para que una llama se mantenga
encendida, no solamente hace falta la ignición y combustible para que prenda, sino
que deben de existir también las condiciones necesarias para que no se apague:
protección contra las corrientes de aire, oxígeno y, por supuesto,
interesados en avivarla cuando sea necesario.