* Artículo publicado originalmente en la revista científica Seguridad, Ciencia y Defensa del Instituto Superior para la Defensa (INSUDE), Año IV No. 4, Noviembre 2018
Desde el surgimiento de la especie humana, el hombre ha sentido la necesidad de garantizar su estabilidad, sus bienes, su bienestar. Ya sea de especies depredadoras, de inclemencias del tiempo o, incluso, de otros hombres. A ese concepto de “protección”, es a los que los romanos le llamaron “securitas”, que incluso estaba personificada en una deidad con ese mismo nombre.
Desde el surgimiento de la especie humana, el hombre ha sentido la necesidad de garantizar su estabilidad, sus bienes, su bienestar. Ya sea de especies depredadoras, de inclemencias del tiempo o, incluso, de otros hombres. A ese concepto de “protección”, es a los que los romanos le llamaron “securitas”, que incluso estaba personificada en una deidad con ese mismo nombre.
Moneda romana dedicada a Securitas
Cuando se inventa entonces la
escritura, se suma la necesidad de proteger la “información”, ya sea para
garantizar el éxito tanto en el comercio como en la guerra. Por eso vemos que desde hace miles de años las
primeras civilizaciones buscaron maneras de “encriptar” ciertas informaciones
que entendían sensibles y las técnicas de protección de la información fueron
modernizándose en la medida en que también lo hacía la tecnología disponible.
Desarrollo
del Tema
Proteger la información
valiosa no es cosa reciente, aunque pudiera pensarse que es algo que surgió con
las dos primeras revoluciones industriales[1]. Muy por el contrario,
desde los albores de la Historia se vio la utilidad de ingeniar mecanismos que
garantizaran que los mensajes transmitidos fueron recibidos e interpretados
exclusivamente por sus destinatarios.
Encriptación en la Antigüedad
y Era Medieval
Las primeras evidencias de
encriptación de información se remontan a miles de años antes de Cristo, como
veremos:
- 1900 a.C.: En la tumba egipcia de Khnumhotep II había un escrito con 222 inscripciones que utilizaban jeroglíficos no comunes para que el mensaje no fuera entendible para todos, excepto aquellos que conocieran la tabla de equivalencia de los símbolos.
- 1500 a.C.: Existía una tablilla de Mesopotamia que contenía una fórmula cifrada para la fabricación de vidrio de cerámica.
- 500-600
a.C.:
Un escribano hebreo empleó un sistema de cifrado por sustitución para encriptar
un trabajo realizado sobre el libro de Jeremías.
Scytale griego para encriptar mensajes - 487 a.C.: Los griegos inventaron el dispositivo llamado Scytale, consistente en un bastón donde se enrollaba un listón de cuero sobre el que se escribía. Solo quien tuviera un bastón con las mismas dimensiones podía leer correctamente el mensaje escrito
- Siglo I a.C.: Julio César implementa una sencilla pero efectiva técnica de encriptación, consistente en el desplazamiento del alfabeto en unos cuantos caracteres para que el mensaje fuera ilegible
- 855 d.C.: Aparece el primer libro de criptografía en Arabia
- 1412 d.C.: En Arabia se publica una enciclopedia de 14 tomos con distintas técnicas de encriptación
En los siguientes siglos se
fueron perfeccionando las técnicas, apareciendo nuevas modalidades en Italia,
Alemania y Francia, que sentaron las bases de la criptografía moderna.
La Era de las Computadoras y
el Internet
Con el surgimiento de las
computadoras en los años 40s, las informaciones empiezan a ser generadas,
transmitidas y almacenadas en medios electrónicos. Por ende, se comienzan a
tomar medidas preventivas para resguardarlas sobre la base de estos cuatro
principios o propiedades de la información:
- Confidencialidad: Es el aseguramiento del acceso a la información de aquellos que cuenten con la autorización para hacerlo.
- Integridad: Consiste en mantener la información libre de modificaciones no autorizadas. Por tanto, la información debe ser mantenida sin alteraciones ni manipulaciones de terceros no autorizados.
- Disponibilidad: La información debe ser accesible por las personas autorizadas en el momento en que lo requieran.
- Autenticación: Es el aseguramiento de quién es el generador de la información para así evitar la suplantación de identidad en la remisión del mensaje o información.
Propiedades de la Información y sus amenazas
Por tanto, todos los
protocolos de seguridad de la información tienen como objetivo garantizar esos
cuatro aspectos o propiedades de la información.
Amenazas a la seguridad de la
información
En una era caracterizada por
el intensivo uso de la tecnología en las comunicaciones y transmisión de
información, son muchas las amenazas que se ciernen sobre la confidencialidad,
integridad, disponibilidad y autenticación de los datos:
- Usuarios: Resulta que son los propios usuarios una de las principales vulnerabilidades ya sea revelando a terceros su clave de acceso, utilizando claves de acceso poco seguras o teniendo políticas de seguridad en la organización que son muy flexibles o poco restrictivas.
- Programas maliciosos: Conocidos como malware, son aquellos desarrollados por expertos desarrolladores cuyo fin es acceder a informaciones o recursos de los sistemas de forma no autorizada. Hay diversas modalidades: Troyanos (programa aparentemente legítimo que le abre al intruso una puerta de acceso al sistema), Gusanos informáticos (programa capaz de duplicarse a sí mismo rápidamente para infectar un sistema de información), Virus informáticos (software que altera el funcionamiento normal de un dispositivo y que entra al sistema incorporado en el código de un programa infectado), spyware (programa espía que recopila información no autorizada del usuario para transmitirla a una entidad externa), etc. Muchos de los ataques procuran simplemente producir una Denegación de Servicio (DDos por sus siglas en inglés) para hacer colapsar un servicio o página web.
- Errores de programación: Muchas veces en el desarrollo de los sistemas informáticos se crean involuntariamente “brechas” de seguridad que son detectadas y explotadas por programadores expertos llamados “crackers”.
- Intrusos: Es todo aquel que logra entrar a un sistema o acceder a información sin estar autorizado para ello, ya sea auxiliado por malwares, por suplantación de identidad de usuarios o por la detección de brechas de seguridad.
- Siniestros: Un incendio, terremoto, robo o inundación puede producir la pérdida de información, especialmente por la destrucción física del medio de almacenamiento de los datos.
- Personal técnico interno: Personas con legítimo acceso a los sistemas de información pueden producir pérdida o filtrado de información de forma intencional ya sea por razones de espionaje, disputas internas, despidos, etc.
- Fallas electrónicas de los sistemas: Cuando algunos componentes clave del centro de datos falla y produce una caída del sistema o su mal funcionamiento.
Técnicas para asegurar la
información
Los protocolos de seguridad de
la información deben tomar en cuenta cada una de esas posibles amenazas, cada
una de las cuales pueden ser enfrentadas y mitigado su riesgo.
- Para la potencial amenaza que representan los propios usuarios, se establecen políticas de establecimiento de claves o passwords con alto nivel de seguridad (inclusión de letras, números y caracteres especiales), el vencimiento periódico de dichas claves y restricción de los accesos según el nivel de seguridad de los usuarios, todo basado en una gestión centralizada de los permisos de acceso.
- Implementación de cortafuegos (firewalls) para evitar el acceso no autorizado y sistemas de detección de intrusos o antivirus que deben ser actualizados con regularidad.
- Habilitación de una Zona Desmilitarizada (DMZ) o Red Perimetral, de forma que la red interna esté protegida ante ataques realizados a servidores de servicio externo como portal web y correos.
- Sistemas de respaldo o backups para poder recuperar la información o restablecer los servicios de los sistemas. Esto puede hacerse instalando sistemas que resguarden la información en sitios alternos o almacenando los datos en medios electrónicos alternos que permitan su restauración posterior.
- Encriptación de los datos para evitar que sean inteligibles en caso de caer en manos equivocadas.
Los villanos de la seguridad
de la información
En esta era tecnológica han
surgido diversos términos para identificar a los que se dedican a vulnerar los
sistemas de información con distintos fines: lucro, venganza personal,
espionaje industrial o militar o simplemente por desafío. Estos son los
principales actores:
- Hackers: Es todo aquel programador experto en seguridad de los sistemas. Comúnmente tiene una connotación negativa, aunque los hackers pueden ser “Hackers de sombrero blanco” o los “Ethical Hackers” si trabajan en las organizaciones para detectar vulnerabilidades con el fin de corregirlas, o pueden ser “Hackers de sombrero negro” cuando utilizan sus conocimientos para actividades ilegales. Muchos hackers de sombrero blanco, por un tema de principios ideológicos, lo único que pretenden es dar a conocer informaciones que entienden deben ser públicas.
- Crackers: Son los Hackers de Sombrero Negro que hacen colapsar sistemas o roban información con el fin de obtener dinero, extorsionar o simplemente ufanarse de sus logros en las comunidades de hackers.
- Phreakers: Son expertos en telefonía terrestre y móvil que se dedican a vulnerar los sistemas de telecomunicaciones.
- Newbies: Es el “novato de red” que se inicia en la actividad de hacking.
- Script Kiddies: Es un término moderno para describir aquellos que se encuentran en la actividad de hacking o cracking pero utilizan códigos elaborados por terceros por no tener la capacidad suficiente para crear los propios.
Conceptualización
del Internet de las Cosas (elaborado por KPMG)
Seguridad de la Información y el Internet de las Cosas
La 3ra Revolución Industrial
inició con la Era de las Computadoras y llegó a su máximo esplendor con la
llegada del Internet. Sin embargo, con el sostenido desarrollo tecnológico que
nos trajo la Inteligencia Artificial, Machine
Learning y el Internet de las Cosas (conocido como IoT por sus siglas en
inglés), la 4ta Revolución Industrial ha irrumpido de forma tal que la
tecnología empieza a formar parte intrínseca de la cotidianidad de las
personas. Sea a través de los teléfonos inteligentes, de los dispositivos
“vestibles” o wearables o de la domótica (dispositivos en el hogar
conectados a Internet), los dispositivos electrónicos conectados en línea están
por doquier.
La incorporación exponencial
de cada vez más dispositivos y sensores al Internet, para crear Casas Inteligentes (Smart Homes), Ciudades Inteligentes (Smart
Cities) más el auge de la robótica,
lo cierto es que nuestras sociedades están generando un volumen de información que
está alcanzando tamaños hasta hace pocos años insospechados. Si pensamos que
para el 2008 habían unos 7,000 millones de dispositivos conectados a Internet y
que según las empresas CISCO y GARDNER GROUP[2] se estiman entre 25,000 y
50,000 millones los dispositivos que habrán conectados en el 2020, podemos
imaginarnos de cómo crecerá la cantidad de datos viajando por el ciberespacio.
Eso significa que, si no se
mejoran los protocolos de seguridad de la información y se dimensionan a los
volúmenes proyectados, seremos más vulnerables. Por el Internet estará viajando
abundante información personal relacionada con los lugares en que visitamos,
las rutas que seguimos, la ropa que vestimos, si estamos estresados o cansados,
qué comemos, etc. Estamos hablando de un paraíso de información para los hackers y crackers salir de pesca.
Una de las soluciones
planteadas por los expertos es la incorporación de mecanismos físicos de
encriptación incorporados a los múltiples sensores y dispositivos dotados con
conectividad que proliferarán en el próximo lustro. El problema es que la
mayoría de esos sensores son tan diminutos que físicamente se hace muy difícil
incorporar estos mecanismos. Esto podría inducir a los fabricantes de dichos
sensores a incorporar mecanismos de encriptación relativamente sencillos que
podrían dar pie a, por ejemplo, ataques de denegación de servicio[3]. Solo imaginémonos la
posibilidad de que, en el contexto de una Ciudad Inteligente, un hacker ataque
con el fin de producir tapones haciendo mal funcionar a los semáforos o los
sensores de tráfico, o de que puedan entrar a nuestra red WiFi hogareña a
través la televisión Smart o el monitor de bebé que tenemos instalado en casa.
En igual medida, según crezca
el nivel de automatización y digitalización de las operaciones en el sector
público y privado, especialmente en aquellas entidades que operen
infraestructuras críticas, la seguridad de la información involucra a los
organismos de defensa e inteligencia. Porque si ya el Internet es un terreno
donde se practica la delincuencia, el terrorismo, el espionaje y toda clase de
amenazas contra el Estado, empresas y ciudadanos, en un contexto de IoT el
ciberespacio se convierte obligatoriamente en una de las más importantes líneas
de defensa de la seguridad pública y hasta de la propia soberanía.
Conclusión
Ante el crecimiento
exponencial de los datos que son diariamente procesados por dispositivos
electrónicos, la industria TIC está actualmente abocada a fortalecer los
protocolos de comunicación de los más de 20,000 millones de dispositivos
electrónicos con conectividad a Internet que saldrán al mercado en los próximos
2 o 3 años.
Por supuesto, no cabe la menor
duda de que así será, porque desde la invención de la primera computadora nació
la necesidad de asegurar la información que esta genera, almacena y transmite.
Y así seguirá siendo cuando todas las cosas que nos rodean estén conectadas
entre sí para hacer de nuestra vida más productiva y placentera.
Y es que se vislumbra que, al
igual que lo es el Derecho a la Libertad de Expresión, de Tránsito, a la
Educación, Salud, Acceso a la Información Pública, etc., el Derecho a la Protección de los Datos
Personales, en el marco de la Seguridad de la Información, se convertirá en un
derecho fundamental del ciudadano de la Era Digital.
Es por tal razón que
garantizar esos nuevos derechos que genera la Sociedad de la Información y el
Conocimiento deben ser prioridad para los estados modernos a través de
estrategias concretas de Ciberseguridad, que protejan al Estado, a las
organizaciones y a los ciudadanos de los peligros que los amenazan
constantemente a través de este nuevo frente que los nuevos tiempos han abierto.
Porque es la información, y no
el oro ni el petróleo, el bien más valioso en la Era Digital.
www.reysonl.blogspot.com
Bibliografía
-Bishop,
M. (2003): What is Computer Security?, IEEE Security and Privacy
Magazine 1(1):67 – 69, 2003.
DOI: 10.1109/MSECP.2003.1176998
-CISCO
(2016): Internet of Things. At-a-glance.
CISCO: San José, CA
-Ferreiro,
M.A. (2018): Los primeros métodos de encriptación de la Antigüedad. El Reto
Histórico. Revista Digital. Recuperado de https://elretohistorico.com/encriptacion-mensajes-secretos-espias-antiguedad-criptologia/
el 28 de octubre de 2018
-Hung,
M. (2017): Leading the IoT. Gartner,
Inc.: Stamford, CT
-Shimeall,
T. y Spring, J. (2014): Introduction to Information Security: A
Strategic-Based Approach.
Elsevier
[1]
Se les denomina así a los grandes procesos de cambio protagonizados por la
industria que han trascendido el orden social, económico, político y cultural.
La 1ra Revolución Industrial surgió en el siglo XVIII con la invención de la
máquina de vapor, la 2da en el siglo XIX con la invención de la electricidad y
el motor de combustión, la 3ra en el siglo XX con la invención de las
computadoras y la 4ta a principios del siglo XXI con la Inteligencia
Artificial.
[2]
Empresas que cuentan con divisiones de análisis y prospección tecnológica para
predecir tendencias en la Era Digital
[3] Un
tipo de ataque cibernético que consiste en hacer colapsar a un servidor para
que no pueda atender solicitudes de servicio legítimas mediante el bombardeo de
múltiples solicitudes falsas de servicio para lograr su saturación