Desde marzo 2018, la actual
administración de la Casa Blanca se ha enfrascado en un conflicto comercial con
la República Popular China bajo el alegato de competencia desleal y robo de
propiedad intelectual.
Sin embargo, a todas luces parece
ser una estrategia más ambiciosa que, más allá de lo estrictamente comercial,
procura frenar la expansión económica, política y militar de China. El último
capítulo de este enfrentamiento lo constituye la reciente ruptura de Google y
otras empresas tecnológicas norteamericanas con Huawei, bajo presión de las
autoridades de Estados Unidos.
Huawei ha estado en el centro del conflicto en las últimas semanas |
En el marco de la guerra
comercial no declarada entre EEUU y China esto significaría un duro golpe para
una de las empresas tecnológicas chinas más exitosas, pero primero veamos las
reales causas de esta situación.
Antecedentes del conflicto
Desde la desaparición de la Unión
Soviética, el mundo había caído bajo la zona de influencia de una sola potencia
superviviente: Estados Unidos. Sin embargo, esta situación solamente se mantuvo
durante par de décadas con el surgimiento de nuevas potencias económicas y militares.
Tal es el caso de la República Popular China, una nación gobernada aún bajo un
sistema político comunista pero que hace casi 40 años decidió abrir su economía
al mercado y en ese lapso logró un crecimiento acumulado de más del 4,000%. En
ese mismo período se convirtió en la nación más exportadora del mundo, por
encima de la Unión Europea y Estados Unidos. Algo único en la historia
contemporánea.
La llegada de Donald Trump al
poder en Estados Unidos a principios del 2017 cambió significativamente la
agenda política de dicho país. Sus promesas de “America First”, de reducción del déficit comercial con China y de rescatar
los empleos perdidos (por la migración de empresas norteamericanas a otros
mercados -principalmente China- para reducir costos de producción); lo empujaron
a tomar decisiones extremas, algo aparentemente frecuente en su estilo de
gobernar, y optó por iniciar una guerra comercial no declarada contra la segunda
potencia económica y militar del planeta.
Déficit comercial Estados Unidos-China (fuente: Oficina Estadísticas EEUU) |
Entre las razones que se pueden
esbozar para justificar las causas de este conflicto comercial iniciado por
Estados Unidos, están las siguientes:
- Déficit
en la balanza comercial: Según informó el Departamento de Comercio de
EEUU, el 2018 cerró con un déficit en la balanza comercial de US$621 billones,
de los cuales China es responsable de US$419 billones, es decir, el 67.5% del
déficit total. Y lo que es peor, por
cada US$1.00 que EEUU exporta a China, de allá importa US$4.00.
Mercado de móviles a nivel mundial (fuente IDC) - Avance de la tecnología china en materia de comunicaciones móviles: La marca líder china en tecnología móvil, Huawei, desplazó en el 2018 a Apple del segundo lugar de mayores ventas a nivel mundial, quedando solamente detrás de Samsung, según ha reportado la empresa de análisis IDC. Además, Huawei abrió el primer trimestre del 2019 con un crecimiento del 50.3% en ventas, cuando sus rivales Apple y Samsung tuvieron disminuciones del 30.2% y 8.1% respectivamente. A ese ritmo, Huawei se convertiría en poco tiempo en la marca más vendida en todo el mundo.
- Dominio de Huawei de la tecnología 5G: Es un secreto a voces que los chinos son los que más han logrado avanzar en la tecnología 5G, la próxima generación de telecomunicaciones que permitirá implementar el Internet de las Cosas (IoT) y las ciudades inteligentes, con velocidades cercanas a los 100Gbps entre los dispositivos. Y es que quien lidere el 5G liderará también la revolución tecnológica. Las empresas Qualcomm, Ericsson y Samsung solo han podido lograr en sus transmisiones de prueba solo una fracción de las velocidades alcanzadas por Huawei. De hecho, Huawei es la empresa de telecomunicaciones que más contratos tiene firmado para el despliegue de 5G a nivel mundial. Según refiere la propia compañía china: “nuestra tecnología 5G está a dos años de distancia de nuestros más cercanos competidores”.
Despliegue de la tecnología 5G de Huawei en España - Rol hegemónico en el orden mundial: Ya Napoleón Bonaparte decía hace casi 2 siglos que “China es un gigante durmiente, que duerma por mucho tiempo, porque cuando despierte, sacudirá al mundo”. Sin lugar a dudas, ese gigante ha despertado y ha puesto en jaque el liderazgo unipolar que ha ejercido Estados Unidos desde el derrumbe de la Cortina de Hierro. El ritmo acelerado de su crecimiento, el desarrollo militar, económico y tecnológico que ha experimentado está amenazando con un cambio radical del actual orden mundial. La presente guerra comercial puede ser una estrategia para tratar de socavar o frenar dicho crecimiento, de forma que se pueda retrasar lo que parece inexorable.
Razones que dificultan que Estados Unidos tenga éxito en el
conflicto comercial contra China
La guerra de aranceles y
restricciones comerciales en la que Estados Unidos y China están enfrascados
desde hace cerca de un año, no vislumbra tener un claro ganador dada la
profunda vinculación que ambas economías tienen entre sí. Por ejemplo, según
informa el Observatorio de Complejidad Económica (OEC), solamente el 11% de las
exportaciones de Estados Unidos van a China, mientras que el 22% de sus
importaciones provienen del gigante asiático. Por el otro lado, el 20% de las
exportaciones de China van hacia Estados Unidos, y es apenas el 8.7% de sus
importaciones que provienen de su rival. Por tanto, las barreras arancelarias
pueden afectar más a las exportaciones de China que a las de Estados Unidos.
Sin embargo, hay varias lecturas que nos permitirán entender cuán complejo es
este tema, cuánto más se podría complicar si se prolonga el conflicto y, sobre
todo, con cuántos recursos dispone China para disuadir a Estados Unidos y
obligarle a tocar retirada:
- Bonos del Tesoro de Estados Unidos en manos de China: El mayor tenedor de bonos de Estados Unidos es precisamente China, que bien podría utilizarlos como una forma de presionar a la Casa Blanca. Una venta masiva de los mismos podría desequilibrar seriamente a la economía norteamericana.
Tienda de la fábrica de Nike en China - Grandes empresas norteamericanas serían seriamente afectadas si China toma represalias de igual proporción: Está el caso de Apple, cuyo producto estrella, el Iphone es producido en su mayor parte en China. De por sí Iphone está perdiendo terreno a nivel internacional (cayó al 3er lugar el año pasado), y si Pekín impone aranceles a las piezas y partes que importa para su ensamblaje, este hecho terminaría de sacarlo de mercado al encarecer su precio. De hecho, desde el conflicto con Huawei, las acciones de Apple han caído un 15% en la bolsa de valores. Igual situación es la vivida por Intel, que a raíz del affaire con Huawei sus acciones cayeron un 13% en el mismo período. Otro caso es el de General Motors, empresa que tuvo que ser rescatada por el Gobierno Federal hace menos de 10 años. Salió a flote gracias a un masivo subsidio público y a las plantas de ensamblaje que montaron en China, país que al mismo tiempo se ha convertido en el principal comprador de sus vehículos (allí venden más del 20% de toda su producción global). Una escalada de aranceles proteccionistas por parte de China haría caer a General Motors nuevamente en el abismo. Igualmente la industria del calzado se ha pronunciado sobre lo catastrófico que sería para ellos el aumento de los aranceles. Más de 170 empresas que representan marcas internacionales entre las que se destacan Adidas, Nike, Converse, Puma, Clarks y Dr Martens, emitieron un comunicado conjunto dirigido a Donald Trump advirtiendo el desastre económico que representaría para ellos elevar a un 67% los aranceles de sus productos, los cuales son fabricados mayoritariamente en China.
China es un mercado que se expande, con una población con mayor poder adquisitivo - Cierre del acceso al mercado de mayor crecimiento en el mundo: De seguir intensificándose este conflicto, y cada parte ampliando sus medidas proteccionistas, en el largo plazo sería Estados Unidos quien tendría la mayor cuota de pérdida ya que es el mercado chino el que mayor ritmo de expansión tiene a escala global, lo cual significaría para las empresas norteamericanas oportunidades de negocio que perderían y pasarían a manos de otros oferentes dispuestos a satisfacer la demanda de esa pujante clase media en desarrollo. No se puede comparar un mercado de 1.300 millones de personas con otro que no llega ni a la cuarta parte de ese volumen. Estamos hablando de una economía que se espera que para el 2027 haya logrado que 180 millones de hogares pasen de clase media a una de ingresos más altos, como refiere un informe de la firma Bain & Co.
Producción de soya en Estados Unidos - Sectores sensibles de la economía de Estados Unidos se verían afectados: Todos saben que el sector agropecuario es uno de los más sensibles en la economía de Estados Unidos, por eso siempre han recibido subsidio federal. Resulta que la soya es uno de los principales productos agrícolas de exportación, siendo Estados Unidos el responsable del 40% de la producción mundial. ¿Saben quién es el consumidor del 70% de toda la soya que se produce en el mundo? China. Solo hay que imaginar cómo afectaría a cientos de miles de productores de soya en EEUU si China impone una barrera arancelaria prohibitiva y decide comprar toda la producción de Brasil, el segundo mayor productor del mundo.
Una de las minas de Tierras Raras en China - Las Tierras Raras y el jaque mate a la innovación tecnológica: Hay otro aspecto del que mucho no se ha hablado, pero que es de vital importancia para poder prever cómo terminará este conflicto comercial. Se le denominan Tierras Raras a 17 elementos químicos que no abundan en la corteza terrestre, entre los que se encuentran el Escandio, Itrio, Lantano, Cerio, Praseodimio, etc. Resulta que estos minerales son imprescindibles para diferentes aplicaciones tecnológicas: Rayos láser, almacenamiento de hidrógeno, baterías de alto rendimiento, motores eléctricos, lámparas y bombillas de bajo consumo, discos duros, tomógrafos y equipos de resonancia magnética, computadoras, teléfonos inteligentes, cámaras de alta definición y equipos de defensa de alta tecnología. ¿Saben quién produce más del 90% de Tierras Raras a nivel mundial? Pues sí, adivinaron, China otra vez. No es casualidad que 2 días después de anunciar Estados Unidos que Huawei no contaría más con el soporte de Google e Intel, solo bastó con una visita del líder chino Xi Jinping a una de las principales minas de Tierras Raras de su país. No tuvo que dar un discurso incendiario ni amenazante. Su sola visita al lugar envió un mensaje claro a Washington quienes antes de las 24 horas siguientes ya estaban otorgando unilateralmente una prórroga de 90 días a Huawei.
Evidentemente la guerra
comercial, aún no oficialmente declarada, entre Estados Unidos y China es una
novela que, de alargarse mucho, generará cuantiosas pérdidas a las
corporaciones de ambas naciones y sin dudas ralentizará su crecimiento económico.
Tal vez la buena noticia es que muchos países emergentes puedan aprovechar este
nuevo exabrupto de la Casa Blanca para poder ampliar sus mercados e incrementar
su ritmo de crecimiento.
Lo que está claro es que es un
conflicto llamado a fracasar por parte de su declarante, porque lo está
haciendo utilizando estrategias que ya han fracasado en el pasado contra una
nación que tiene una dimensión y poderío difíciles de doblegar, además de
poseer muchas cartas bajo su manga. Para colmo China es solamente un escalón en
la agenda de beligerancia comercial norteamericana, donde también la propia
Unión Europea está en la mira.
Es como si no se dieran cuenta de
que en el mundo habitan 7.000 millones de personas y existen más de 200 países.
Solo hace falta que se pongan de acuerdo la mayoría de ellos para decidir quién
o quiénes deben tener ahora el liderazgo hegemónico para guiar a la humanidad
por senderos de paz y prosperidad que perduren por mucho tiempo, en beneficio
de todos.
No se puede pretender ser policía
del mundo mientras al mismo tiempo viola todas las normas y acuerdos que el
mundo ha firmado. La esposa del César no solamente debe serlo, también debe
parecerlo.