Desde que nació la iniciativa precedente
a la Unión Europea, la denominada Comunidad Económica Europea (CEE) en 1957, el
Reino Unido siempre se manejó con cautela, y podría decirse que hasta
desprecio, por la intención de las naciones que se enfrentaron en la II Guerra
Mundial de crear un mercado económico común.
En aquel año, a raíz del Tratado de Roma, Bélgica, Francia, Italia,
Luxemburgo, Holanda y Alemania (Occidental) dieron el primer paso ante el
desinterés inglés.
Charles de Gaulle junto a Winston Churchill, en 1944 |
Apenas 4 años después, en 1961,
el Reino Unido, aturdido por el declive de su economía, paros sindicales e inestabilidad
política decide solicitar ser parte de la CEE, pero Charles de Gaulle (que
siempre desconfió de que los ingleses tuvieran una genuina voluntad política de
unirse) vetó su entrada. Nuevamente
Reino Unido trata de formar parte de la CEE en 1967, pero de Gaulle reitera su
oposición.
No es hasta 1973 que Inglaterra
es aceptada (una vez fallecido de Gaulle) pero apenas 2 años después el Partido
Laborista en el poder llama a un referéndum para decidir si salen de la
mancomunidad. En aquella ocasión la
permanencia ganó por más de un 65%.
Una vez la CEE se convierte en
Unión Europea (UE), y con ello se convierte en una mancomunidad no solamente
económica sino también política, el Reino Unido no hizo más que poner trabas y
condiciones a las distintas normas emanadas del organismo supranacional,
veamos:
- El 26 de marzo de 1995 entra en vigor el Acuerdo de Schengen para permitir el libre tránsito de los ciudadanos europeos entre los países de la UE. Reino Unido no lo firma.
- El 1ro. de Enero de 1999 se estableció el Euro como moneda oficial de la UE, exceptuando al Reino Unido que decidió continuar con su Libra Esterlina. Además de Gran Bretaña, tanto Dinamarca como Suecia tampoco entraron a la zona Euro.
- Reino Unido se negó a aportar fondos para el rescate financiero de Grecia, Irlanda y Portugal entre los años 2011 y 2013.
David Cameron, premier del Reino Unido, junto a Angela Merkel, canciller de Alemania |
Antes de que
en el referéndum inglés de esta semana ganaran los partidarios de “salir” de la
UE, el primer ministro de ese país, David Cameron, había conseguido un “acuerdo”
con el parlamento europeo que si ganaba la “permanencia” en la UE iban a
ampliarse las excepciones y favoritismos para Gran Bretaña, entre los que se
encontraban:
- Las prestaciones que se pagaban por los hijos de trabajadores inmigrantes europeos serían recalculadas en función del costo de la vida de sus países de origen.
- Durante los primeros cuatro años de residencia en el país, los trabajadores inmigrantes europeos podrían ver limitadas sus prestaciones sociales.
- Reino Unido podría conservar la Libra Esterlina sin recibir ningún tipo de discriminación por no pertenecer a la zona euro.
- Un compromiso explícito de que Reino Unido “jamás” sería parte de una unión más estrecha con los demás miembros de la UE.
- Reino Unido podría limitar el libre movimiento de personas no europeas casadas con ciudadanos europeos.
Pancartas de los a favor de la UE |
Promoción de los en contra de la UE |
Todas estas medidas que querían
los ingleses implementar eran contrarias a la práctica del resto de los países
de la Unión Europea. A pesar de esas concesiones,
el Brexit (como se le conoce a la iniciativa británica para abandonar la Unión
Europea) ganó 52% contra un 48% en el referéndum celebrado el pasado 23 de
junio.
Ahora bien, cuáles eran los
argumentos de los partidarios del Brexit?
Veamos:
- Crecimiento. Sostenían que la UE frenaba el crecimiento de su país, por todas sus trabas y reglas, y que los miles de millones que tenían que aportar a la mancomunidad tenían poco retorno.
- Reducción de Migración. Entendían que había que recuperar el control de las fronteras y frenar la cantidad de inmigrantes que llegaban a trabajar.
- Necesidad de Visas. Rechazaban la imposición de la UE de que los ciudadanos europeos no necesitan visas para cruzar las fronteras de los países miembros.
- Más Independencia. Se oponían tajantemente a la idea de crear unos Estados Unidos de Europa, estrechando aún más las relaciones entre los estados miembros y actuando cada vez más como un solo bloque.
Consecuencias
para la Unión Europea
Según la
mayoría de los analistas, el impacto económico para la UE por la salida de Gran
Bretaña no será tan drástico[1].
Recordemos que el Reino Unido no era parte de la zona euro. El PIB[2]
de la Unión Europea anda por los 18.7 trillones de dólares y su población
total unos 505 millones de personas. Sin
embargo, el PIB del Reino Unido oscila por 2.6 trillones de dólares (14% del
total de la UE) y una población de 65 millones de personas (13% del total de la
UE). Con esta baja, la UE pasa a tener
un PIB inferior al de Estados Unidos y China, pero un mercado superior a los
400 millones de personas, superior a USA.
Negociaciones para la entrada de Turquía en la Unión Europea |
Una de las
consecuencias políticas de este acontecimiento es que se aceleren los esfuerzos
de la UE por estrechar aún más los lazos de los países miembros, haciendo el
bloque de países cada vez más monolítico, toda vez que el principal desafecto
entre sus filas ha abandonado el redil. También,
la salida del Reino Unido podría abrirle las puertas a Turquía, 17va. economía del
mundo cuyo PIB sobrepasa los 1.5 trillones de dólares pero con una población
ascendente a casi 80 millones de personas.
Turquía ha solicitado entrar a la UE desde el año 2005 y es miembro
asociado de la CEE desde el año 1963.
Por supuesto,
la salida de Gran Bretaña también podría alentar algunos movimientos anti UE
existentes en varios países de Europa, como es el caso de Holanda y Dinamarca.
Consecuencias
para el Reino Unido
Económicamente,
se espera que la salida de la UE impacte negativamente y el país pueda entrar
en una recesión y pérdida de valor de la Libra Esterlina, cosa que ocurrió
abruptamente al día siguiente del referéndum, cuando el valor de la moneda cayó
a niveles del año 1985. Además, el solo
hecho de que ya no podrá acceder al mercado de la UE en las mismas condiciones
que lo hacía como miembro (libre de aranceles y otras cargas impositivas),
obliga al país a firmar acuerdos comerciales de forma bilateral, lo cual podría
tomar años y una pérdida importante de oportunidades de negocios.
Otra cosa,
todas las concesiones que anteriormente la UE le había dado a Gran Bretaña en el pasado para estimular su
permanencia en la mancomunidad, automáticamente las pierde con su salida.
Inglaterra ya no podrá contar con fondos europeos de rescate y de estabilización
en caso de necesitarlo, ni tampoco de las condiciones preferenciales que como
mercado unificado recibe la UE con otras potencias y bloques.
Peñón de Gibraltar, reclamado por España al Reino Unido |
Políticamente,
al Reino Unido se le presenta un desafío nada halagador. Todo luce indicar que se desencadenará una
crisis política con la renuncia del primer ministro conservador, además de la
división interna del partido gobernante (que no apoyó de forma unánime la
permanencia). Pero más grave aún es que
Escocia (región del país con larga tradición independentista y que en el referéndum
votó mayoritariamente por permanecer en la UE) ya anunció que reconvocará un referéndum
para abandonar el Reino Unido y declararse independiente. Además, Gibraltar (que es un protectorado
inglés en territorio español reclamado desde hace décadas por los últimos) votó
mayoritariamente por permanecer en la UE y depende su economía un 85% de
España. El canciller español acaba de
anunciar que retomaran sus reclamos internacionales para que Gibraltar vuelva a
ser español, ya que ahora no aplicarán allí las normas de la UE.
Manifestación de los independentistas escoceses en el Reino Unido |
A todo esto se
le suma que en menos de 48 horas después del referéndum, ya se han reunido más
de 2 millones de firmas para que el parlamento haga una nueva
convocatoria. Es un panorama muy confuso.
Aparentemente,
Gran Bretaña todavía no termina de despertar y todavía cree que es el fabuloso
imperio británico que se nutría de las riquezas de sus colonias alrededor del
mundo. Entienden que con la Commonwealth[3]
pueden compensar los beneficios que recibían como miembros de pleno de derecho
de la UE. La verdad es que la Commonwealth es más una organización de
cooperación económica y cultural que un bloque económico-político. Por ejemplo,
la India piensa más como una nación BRIC[4]
o emergente, que como una excolonia británica.
Ojalá los
anglosajones no despierten un día, desesperados por una situación económica,
política y social apremiante y anhelen volver atrás en el tiempo para volver a
ser parte del constructo político, económico y social más admirable del último
siglo, la Unión Europea, cuyo lema lo
dice todo: “Unida en la diversidad”, cuyo himno es El Himno a la Alegría de
Friedrich von Schiller con música de Ludwig van Beethoven.
Una idea tan
bella y tan excelsa no debe perecer, y mucho menos por el engreimiento de unos
pocos.
[1]
Como opina la Wells Fargo Securities, empresa reconocida de servicios bancarios
y mercados de capitales.
[2] Producto
Interno Bruto (o total de bienes y servicios producidos), calculado sobre la
base de la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA)
[3]
Nombre con el que se conoce a la mancomunidad de naciones que son excolonias
británicas, para un total de 53 países con más de 2,000 millones de habitantes
[4] Nombre
de la asociación económica y comercial de las cuatro naciones emergentes más
importantes del mundo: Brasil, Rusia, India y China.