En términos sencillos, llamamos comercio electrónico a la compra o venta de bienes y servicios a través del Internet o cualquier otro medio electrónico. Esto incluye el comercio que se realiza a través de páginas web, redes sociales y aplicaciones móviles.
Entre sus principales características y ventajas están:
- Ubicuidad: Ya sea en el trabajo, el hogar o en cualquier otro lugar donde haya conectividad, puedes realizar comercio electrónico, ya sea desde un computador o dispositivo móvil, ya que no se necesita ir a una tienda física o ser atendido presencialmente por un vendedor.
- Alcance Global: No hay límites geográficos. Perfectamente el oferente y el comprador pueden estar en ciudades o países completamente diferentes.
- Servicio ininterrumpido: Por medio de un portal web o aplicación móvil, la tienda virtual puede operar 24 horas al día, los 365 días del año, reduciendo significativamente los costos.
- Segmentación del Mercado: La tecnología permite personalizar el marketing de los productos, según los intereses del potencial cliente, incrementando así la probabilidad de que se interese por el producto.
También el comercio electrónico se puede clasificar, según el público objetivo, de la siguiente forma:
- Negocio a Negocio (Business to Business – B2B): Es cuando se realiza entre empresas, como es el caso entre un mayorista y un negocio minorista.
- Negocio a Cliente (Business to Customer – B2C): Es el caso de las empresas que tienen tiendas virtuales para vender productos o servicios a usuarios finales, como es el caso de Amazon o Alibaba.
- Cliente a Negocio (Customer to Business – C2B): Es cuando es el cliente o usuario final quien ofrece el producto o servicio a la empresa, como los fotógrafos que venden sus imágenes a bancos de fotos o personas que ofrecen su servicio de forma independiente para crear contenidos para empresas gestoras de blogs y páginas web.
- Cliente a Cliente (Customer to Customer – C2C): Se refiere al comercio electrónico realizado entre consumidores sin que haya una empresa de por medio, como es el caso de las transacciones realizadas mediante eBay, AirBnB y el Marketplace de Facebook.
Hay otros criterios para clasificar, como es el caso del modelo de negocio, en el cual encontramos estas categorías:
- Dropshipping: Es cuando el vendedor no envía el producto de forma directa al comprador y utiliza servicios de un tercero para hacer la entrega. Con frecuencia, en estos casos se trata de proveedores que no cuentan siquiera con un almacén propio, por lo que no tienen un absoluto control de la existencia.
- Tienda virtual con productos propios: En este caso la empresa tiene un inventario propio, ya sea asumiendo o terciarizando la entrega a los clientes.
- Membresía: Es cuando el producto o servicio se ofrece exclusivamente a personas afiliadas que deben pagar una mensualidad para poder adquirirlos.
- Servicios: Se refiere a los casos de empresas que solamente ofrecen servicios o productos no tangibles, como es el caso de cursos en línea, software, reservas de hoteles y pasajes aéreos, etc.
- Marketplace: Son los portales que permiten a diferentes suplidores ofrecer sus productos a consumidores finales.
El comercio electrónico como lo conocemos hoy existe gracias al Internet.
Sin embargo, antes de surgir la red de redes, en la década de los 90s,
existieron algunas prácticas predecesoras, veamos.
Orígenes del comercio electrónico
Muchos autores identifican a Montgomery Ward como el precursor del
comercio electrónico. Fue fundada en 1872 en la ciudad de Chicago, Estados
Unidos, siendo la primera en ofrecer productos por correspondencia. En esa
época, la mayor parte de la población norteamericana vivía en la zona rural,
por lo que no tenían acceso a muchos bienes ofrecidos en tiendas de las grandes
ciudades. Dado que correo postal era ya muy eficiente para esa época, los
clientes seleccionaban en el catálogo los artículos deseados, llenaban acorde
el formulario de pedido incluido e incluían el dinero (sea en cash o cheque)
dentro del sobre. A vuelta de correo se le enviaban los paquetes con los bienes
adquiridos y, en caso de no contar con servicio postal en esa zona o los
paquetes ser muy grandes, los mismos eran depositados en la estación
ferroviaria más cercana.
El primer catálogo de Montgomery Ward constaba de una sola página con
163 artículos y en una década llegó a crecer hasta las 240 páginas y 10,000
productos ofertados. Para el año 1900, la tienda llegó a tener ventas totales
por valor de los US$8.7 millones. Fueron los pioneros en ofrecer la “garantía
de devolución del dinero” en caso de que el producto no cumpliera con las
expectativas del cliente.
Luego, otras empresas incursionaron exitosamente en las ventas por
catálogo, lo cual, junto a la llegada del teléfono y las tarjetas de crédito, expandió
esa modalidad de comercio notablemente hasta la llegada del Internet.
Otra modalidad precursora del comercio electrónico era el concepto
“teletienda”, consistente en la oferta de un catálogo visual de productos en
televisión, los cuales podían ser ordenados por teléfono. Inició en la década
de 1950 en Estados Unidos, proliferándose a partir de 1984, año en que la
Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) eliminó las restricciones para los
contenidos comerciales en la televisión de ese país. En España se destacó el
canal de comunicación comercial “La Tienda en Casa”, que inició sus
transmisiones en 2010.
El comercio electrónico hoy
Según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el
Desarrollo (UNCTAD) en su Índice de Comercio Electrónico 2020[1],
alrededor de 1.5 billones de personas (el 27% de la población mundial) compra
actualmente en línea. Otro estudio, Nubecommerce 2022, estima en US$4.9
billones el volumen total del comercio electrónico durante el año 2021,
representando un 19.6% del volumen total del comercio minorista global.
Sin dudas, la pandemia del Covid-19 implicó un aumento significativo en
la cantidad de personas y monto económico involucrados en el comercio
electrónico. Al quedarse en casa millones de personas se animaron a iniciar su
propio negocio digital y disminuyó considerablemente la falta de confianza de
los consumidores. El impacto fue tal que modificó, tal vez de forma permanente,
los hábitos de compra de los consumidores.
Según el análisis de Nubecommerce 2022, se espera que en los próximos años
el comercio electrónico mantenga un crecimiento sostenido, donde se prevé que
para el 2025 supere los US$7.3 billones:
Fuente:
Nubecommerce 2022 con datos de eMarketer
En el caso de UNCTAD, su índice está compuesto por los siguientes
indicadores: a) Porcentaje de Individuos que utilizan el Internet, b)
Porcentaje de Individuos con una Cuenta Bancaria, c) Servidores Seguros de
Internet, y d) Confiabilidad en el Servicio Postal.
Top 10 de países
encabezando el Índice de Comercio Electrónico 2020 de UNCTAD
Según ese ranking, Suiza es el país mas destacado en materia de comercio
electrónico, seguido por Holanda, Dinamarca, Singapur, Reino Unido,
Alemania, Finlandia, Irlanda, Noruega y Hong Kong.
En Latinoamérica, en dicho índice se destacan (por orden descendente): Costa
Rica, Chile, Brasil, República Dominicana y Colombia.
En cuanto a la proporción de la población que compra por Internet,
UNCTAD señala que los países líderes son Reino Unido (87.4%), Dinamarca
(83.4%), Suecia (82.3%), Noruega (81.3%) y Holanda
(80.6%). En Latinoamérica los mas destacados en este rubro son Uruguay
(46.1%), Brasil (28.9%), Chile (22.9%), México (22.4%) y Costa
Rica (18.1%).
Interesante también es lo señalado por ese organismo para la región de
Latinoamérica y el Caribe (LAC) sobre la proporción estimada de la población
que compra en línea, comparando las estimaciones que se habían hecho para ese
año con los datos reales para detectar brechas.
Datos
actuales contra pronósticos en proporción de la población que compra en línea
en LAC (UNCTAD)
Uruguay fue la nación
de la región que tuvo el mejor desempeño en el Índice de Comercio Electrónico
2020 con relación a lo pronosticado, logrando 46.1% cuando la expectativa para
ese año era de un 11%, seguida por México (22%, 7%), Brasil (29%,
16), Trinidad y Tobago (16%, 10%) y Argentina (14%, 10%).
Por otro lado, las naciones que tuvieron un desempeño inferior a lo
esperado en este aspecto fueron República Dominicana (7% de proporción
de la población que compra en línea contra un 13% proyectado), Colombia
(8%, 13%), Honduras (2%, 6%), Costa Rica (18%, 21%) y Perú
(7%, 9%).
Desafíos del comercio electrónico
A pesar de sus innegables beneficios, el comercio electrónico enfrenta varios retos que no pueden pasarse por alto:
- Es una modalidad de comercio que puede resultar no atractiva para cierto tipo de productos o servicios ya que no existe interacción cara a cara. La eventual incorporación de tecnologías de Realidad Virtual o Aumentada podría compensar dichos escenarios.
- La brecha digital puede ser un freno para el comercio electrónico, tanto por la falta de conectividad como por no tener las competencias digitales. En ambos casos le sería muy difícil a una persona no alfabetizada digitalmente aprovechar la tecnología para vender o comprar. Impulsar el desarrollo de competencias digitales en la población puede atenuar significativamente este riesgo.
- La falta de confianza en la seguridad de los datos puede convencer a muchas personas de no compartir sus datos bancarios para realizar el pago electrónico. La incorporación de mecanismos robustos de autenticación y protección contra fraudes en los portales y aplicaciones de comercio electrónico, contribuirán a aumentar la confianza de la gente para comerciar electrónicamente.
- La eficiencia de los servicios logísticos también representa un reto importante, dado que el comercio electrónico implica que existan servicios postales y de entrega de mensajería eficientes y confiables, sin importar donde resida el cliente en el país.
- De haber bajos niveles de bancarización, también eso podría imponer un techo al crecimiento del comercio electrónico, toda vez que el no poseer una cuenta bancaria o tarjeta de crédito puede impedirle realizar el pago necesario para completar un pedido realizado electrónicamente. Las billeteras electrónicas (ya sea basadas en moneda corriente o en criptomonedas) contribuyen a disminuir ese riesgo, pero normalmente éstas deben estar asociadas a cuentas bancarias físicas para recibir fondos. Promover la bancarización de la población sigue siendo la alternativa más eficaz.
En todo caso, el comercio electrónico se visualiza en el futuro cercano
como la modalidad de comercio más dominante, yendo de la mano con la acelerada
transformación digital de la sociedad moderna de hoy. Y en la medida en que
sigan convergiendo tecnologías como la Inteligencia Artificial, IoT, 5G, Blockchain
y muchas otras, se hará de forma cada vez más natural y expedita, de manera que
lo podremos hacer mientras entrenemos en el gimnasio o estemos viendo
televisión.
Y los países que creen las condiciones para que el eCommerce
florezca, tendrán el carril de adentro para promover las inversiones y el crecimiento
económico. Y si además de ello, se aseguran de que participen todos los sectores
económicos y sociales, pues también estarán contribuyendo a que se construya
una sociedad más competitiva e inclusiva.
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