Tal y como ocurrió durante los oscuros días de
la Inquisición, en pleno siglo XX el mundo fue testigo de un juicio inédito que
enfrentó al Creacionismo contra el Evolucionismo de Charles Darwin, recibiendo
en ese entonces una cobertura mediática que generó interés a escala global.
Conozca la historia de un profesor de biología que tuvo fue juzgado por enseñar la teoría evolutiva a sus alumnos. Trescientos años después del juicio a Galileo, se repitió la historia.
Antecedentes
Corría el año 1925 cuando en los Estados Unidos, específicamente en el Estado de Tennessee, fue aprobada la Ley de Butler[1], que prohibía la enseñanza de la Teoría de la Evolución en las escuelas públicas. Butler, quien estaba a cargo desde el Congreso de supervisar las escuelas administradas por el Estado, llegó a percatarse de que en las mismas se utilizaban libros de texto con contenido darwinista.
John W. Butler |
Convencido de que eso contravenía los
postulados bíblicos y que socavaría el sistema moral que sustentaba la
democracia de su país, se motivó a redactar la denominada “Ley del Mono”,
conocida también posteriormente como la ley que lleva su apellido. Fue aprobada
oficialmente por la Asamblea General de Tennessee el 13 de marzo de 1925.
Según la referida ley, se establecía que “Será
ilegal que cualquier maestro en cualquiera de las universidades y todas las
demás escuelas financiadas con fondos del Estado, enseñe cualquier teoría que
niegue la Historia del Creación divina del hombre como se enseña en la Biblia,
y enseñar en cambio que el hombre ha descendido de un orden inferior de
animales”[2]. En
dicha norma se establecían multas de US$100 y US$500.
Juicio
John T. Scopes era entrenador de futbol en el
Rhea County High School, ubicado en la ciudad de Dayton, Tennessee, donde
ocasionalmente servía también como profesor sustituto de ciencias. El 5 de mayo
de 1925 fue acusado de violar la Ley de Butler por hablar de la teoría evolutiva en clase.
John T. Scopes |
Se dice que el verdadero responsable de que el juicio se llevara a cabo fue el empresario George Rappleyea, quien decidió desafiar la Ley de Butler reclutando a un profesor de biología para que enseñara sobre la Teoría de la Evolución en las aulas. Fue entonces cuando Rappleyea, junto a un grupo de empresarios locales, convencieron a Scopes para cometer el hecho, convencido de que podría contribuir a derogar tan absurda ley, al tiempo que lograría que se celebrara un juicio de trascendencia que podría traer beneficios económicos para la ciudad.
Es así que Rappleyea convence al Sindicato
Americano de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) para que
asumiera la defensa de Scopes, contratando para esa labor a Clarence Darrow,
quien enfrentó en la barra contraria a William Jennings Bryan, quien representó
a la fiscalía, siendo ambos considerados como los más brillantes abogados de
esa época.
Clarence Darrow y Williams Jennings Bryan en la audiencia |
El caso atrajo una enorme atención de la prensa
y la opinión pública en general, puesto que se convirtió en una batalla
ideológica entre el creacionismo y el evolucionismo, teniendo como telón de
fondo a la obra El Origen de las Especies de Charles Darwin.
Una de las audiencias celebradas al aire libre |
El juicio, que comenzó el 10 de julio de 1925,
atrajo a reporteros y espectadores de todo el país. La escena atrajo hasta a
artistas de circo con monos y otros animales. Era un verano tan caluroso que la
temperatura de la atestada sala del tribunal era muy alta por lo que el juicio llegó
a ser trasladado al aire libre en un momento dado. El debate entre Byran y
Darrow fue largo y animado. Incluso, Darrow llegó a convocar a Bryan a subir al
estrado como testigo de la defensa.
Las audiencias se celebraban a casa llena |
Si bien la cobertura de los medios nacionales
del Juicio del Mono describió a los habitantes de las zonas rurales de
Tennessee como campesinos ignorantes, el trato a los demandantes fue bastante
respetuoso.
Reseña del veredicto de culpabilidad |
Al final, el tribunal declaró a Scopes culpable
y le impuso una multa de US$100, la cual nunca llegó a pagar por tecnicismos
legales.
Ciertamente Scopes perdió el caso y la controvertida
ley estatal esperó más de 40 años para ser derogada en 1967, más, sin embargo, la enseñanza de la Teoría de la Evolución se
ha expandido a las escuelas públicas de prácticamente todo el mundo, quedando
el Juicio del Mono como un anecdótico recuerdo de que la modernidad y los
avances científicos aún no han terminado de disipar el oscurantismo del pasado.
Sígueme en Twitter: @ReysonLizardo
[1] Llamada así por ser presentada
por el congresista estatal John W. Butler, un granjero de Tennessee que llegó a
ser electo a la Cámara de Representantes de ese estado, miembro de la Iglesia Bautista
Primitiva, de orientación calvinista y conservadora.
[2] Texto original disponible en http://www.law.umkc.edu/faculty/projects/ftrials/scopes/tennstat.htm#
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son bienvenidos!