Durante las diferentes épocas, siempre han contado
leyendas de extraños eventos en los que, con tormenta o sin ella, del cielo
caen grandes cantidades de pequeños animales y, a veces, de otras cosas. En la
mayoría de los casos han sido asociados con designios divinos, incluso los de
fecha reciente.
Sin embargo, la ciencia ha ofrecido
explicaciones para cada uno de ellos, en la mayoría de los cuales han podido
ser eventualmente comprobadas.
Veamos algunos de los casos más famosos y la
explicación científica del fenómeno.
Lluvia de animales
La literatura antigua está llena de pasajes
referentes a misteriosas “lluvias” de animales, que a veces son atribuidos a
“maldiciones” o “bendiciones” de los dioses, según sea el caso.
Por ejemplo, en el libro Éxodo de la Biblia, se
habla de la lluvia de ranas que azotó a los egipcios como parte de las Diez
Plagas de Egipto con las que Jehová castigó a ese pueblo para que liberaran a
los hebreos esclavizados.
Igualmente, nos encontramos tanto el escritor griego Ateneo,
en el siglo II A.C., que dio testimonio en una de sus obras sobre una lluvia de
peces en el Peloponeso que duró tres días, como al romano Plinio el Viejo, en
el siglo I D.C., que relató la lluvia de carne, sangre y lana que cayó del cielo.
Grabado de Magnus sobre "lluvia de peces" en 1555
Relatos afines se siguieron sucediendo a través
del tiempo y es así como encontramos grabados del siglo XVI del antropólogo sueco
Olaus Magnus representando una lluvia de peces acontecida en su época; así como
la precipitación de ratones acaecida en 1578 en la ciudad noruega de Bergen.
De hecho, se atribuye a la época medieval en Europa
el surgimiento de la frase “llueven perros y gatos” (“It´s raining cats and
dogs”) para referirse a cuando llueve a cántaros o en gran cantidad, pero
todo apunta a que el origen de la frase esté vinculado a estas extrañas lluvias
de cosas y animales.
Se debe destacar que en el siglo XIX y XX se disparó la casuística de lluvias de animales, como reportaron periódicos, revistas, crónicas y cartas de la época. Aquí algunos ejemplos:
- En 1836 en la ciudad francesa de Cahors sucedió una lluvia de sapos, que fue documentada en la carta del profesor M. Pontus a la Academia de Ciencias de Francia;
- En 1861 en Singapur ocurrió un fuerte temblor de tierra acompañado de varios días de lluvias que, además de agua, incluyó una gran cantidad de peces;
- En 1870 llovieron caracoles en Chester, Pensilvania;
- En 1872 junto al aguacero cayeron cientos de codornices en Cádiz, España;
- En 1876 llovieron trozos de carne en la ciudad de Bath, Kentucky;
- En 1877 la revista Scientific American registró el informe de una lluvia de serpientes caídas en la ciudad de Memphis;
- En 1880 volvieron a llover codornices en España, esa vez en Valencia;
- En 1881 se reportaron cientos de telarañas caídas del cielo en Milwaukee, Wisconsin, según la revista Scientific American;
- En 1886 se precipitaron cientos de piedras calientes en Charleston, South Carolina;
- En 1894 llovieron medusas en la ciudad de Bath, Inglaterra;
- En 1947 cayó una gran cantidad de peces en la ciudad de Marksville, Louisiana;
- En 1953 cayeron miles de ranas en Leicester, Massachusetts;
- En 1968 llovió carne y sangre en Brasil;
- En 1969 cientos de patos cayeron en la ciudad de St. Mary, Mariland. Según el peritaje realizado entonces, las aves recibieron golpes y heridas en pleno vuelo, no al caer al suelo;
- En 1995, en la ciudad de Keokuk, Iowa, llovieron latas de soda sin destapar justamente durante la festividad del 4 de julio de ese año.
Ya más recientemente, se han reportado estos inusuales fenómenos:
- En 2007 ocurrió una lluvia de arañas en Salta, Argentina. El hecho fue capturado en cámara por un turista;
- En 2007 también llovieron ranas en la ciudad de Alicante, España;
- En 2014 se precipitó a tierra una gran cantidad de peces en Sri Lanka. Fue tan vasta la cantidad que los peces llegaron a formar una capa de 8 centímetros de grosor en las calles;
En Honduras hay una comunidad que espera la "lluvia de peces"
Igual hay que destacar que en Honduras todos
los años se produce un extraño fenómeno en el Departamento de Yoro donde
durante la temporada de lluvias miles de pequeños peces aparecen en el suelo,
aún vivos.
Existen otros lugares donde el fenómeno se
produce también de forma cíclica, como es el caso de Lajamanu, en Australia,
donde cada década llueven miles de pequeños peces, con la peculiaridad de que
es una zona muy árida. La última vez fue en febrero 2023.
Explicación científica
Estas misteriosas “lluvias” siempre fueron
atribuidas a acciones divinas. Así fue hasta que a principios del siglo XIX
André-Marie Ampére, el físico francés a quien en su honor fue denominada la
unidad de intensidad de la corriente eléctrica (amperio), defendió la hipótesis
de que las lluvias de sapos no eran mitos, sino que obedecían a algo real y
explicable. Decía que, en ocasiones, cuando grandes cantidades de sapos
deambulan por los campos, fuertes vientos podrían ser los causantes de
atraparlos y lanzarlos a grandes distancias.
Las trombas y tornados son la explicación natural del fenómeno
Y Ampére no estaba lejos de la verdad. La
evidencia científica ha demostrado que las tormentas que producen tornados y
trombas marinas son capaces de succionar animales y objetos que pueden ser
lanzados a grandes distancias, incluso cientos de kilómetros.
Por eso es que la mayoría de estos fenómenos
incluyen peces y anfibios, los cuales pueden ser capturados por succión en el
mar, lagos y lagunas sorprendidos por el meteoro en grandes cantidades en un
solo lugar para ser depositados en lugares muy distantes gracias a la fuerza de
los poderosos vientos que les acompañan.
También podría ocurrir que dichas trombas o
tornados impacten una bandada de aves en pleno vuelo, corriendo igual suerte.
Por supuesto, a pesar de las explicaciones científicas, no dejan de surgir teorías extravagantes y conspiranoicas que atribuyen a experimentos
extraterrestres, cambios de humor en los dioses o simple teletransportación,
pero ya sabemos que todo eso es fruto de la imaginación humana.
De todas formas, cada vez que se nuble el cielo
debes estar atento, nadie sabe si te tocará guarecerte de algo más que lluvia…
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