En la antigua Grecia se le denominaba sofistas a los sabios que utilizaban
su sabiduría para hacer fortuna y escalar socialmente a costa de los
ignorantes. En aquella época el poseer
conocimientos era una virtud que quien la poseyera estaba en deuda con la
sociedad para instruir a los jóvenes.
Sin embargo, con el transcurrir del tiempo muchos de estos sabios se
dedicaron a “embaucar” a otros ciudadanos para obtener favores, dinero y
prebendas. Fueron desenmascarados por
diversos filósofos que lucharon frontalmente contra ellos, como lo hicieron Sócrates,
Platón y Aristóteles.
Según estos, los sofistas eran especialistas en engañar a través de “sofismas”,
que no eran más que razonamientos incorrectos construidos para aparentar que
eran correctos. Es lo que hoy llamamos
falacia.
La sociedad de hoy esta atiborrada
de sofistas. Con sus medias verdades, corrección
discursiva y una formación académica encomiable, lanzan a diestra y siniestra
mentiras bien construidas. Como siempre,
sus víctimas son los menos letrados.
Algunos partidos políticos, y sus propios dirigentes, son un ejemplo típico
de ello.
En Rep. Dominicana hay partidos, en especial uno muy grande, que ha
desarrollado su liderazgo sobre la base de un discurso profundamente populista
hablando siempre de redimir a los pobres.
Sin embargo, cuando les ha tocado gobernar nunca han tomado una sola
medida que los favorezca, ni siquiera una obra de relevancia que haya permitido
al pueblo atenuar su pesada carga.
Lo único que han hecho a su paso
es contagiar a la sociedad de sus males internos, sembrando el caos y el desorden.
Pero el caso de “sofisma” mas ejemplar, reciente y resaltable es lo
concerniente al argumento de la “dictadura constitucional”. Tiene todas las características que
identificaron Sócrates, Platón y Aristóteles en los falsos filósofos de su
tiempo. Primero, es sostenida por
intelectuales de formación y capacidad incuestionable. Segundo, utilizan una nomenclatura que, en
apariencia es negativa, utilizando la palabra “dictadura”, pero que en realidad
es la aspiración positiva de las sociedades democráticas de hoy: Que su andamiaje jurídico se constituya en
una “dictadura de la ley”. Además, no
puede ser esencialmente malo lo que es dado por decisión del pueblo. Otro aspecto que resalto es que no es la
primera vez que un partido político gana todos los poderes
constitucionales: En los últimos 30
años, varios presidentes de los Estados Unidos gobernaron con el control de
todos los poderes y en Rep. Dominicana hicieron lo propio gobiernos de los tres
grandes partidos del sistema. A ninguno
de estos “notables” se les ocurrió hablar de “dictadura constitucional” en
aquellas circunstancias. Incluso, no los
recuerdo intervenir en la reforma constitucional del 2002, cuyo único objeto
fue permitir la repostulacion del presidente de entonces y que no fue sometida
a ningún consenso. Muy diferente a lo
que si fui testigo en la reforma del 2010, donde el debate fue hecho durante más
de un año a nivel nacional y los medios de comunicación, y que dio a lugar a
numerosas conquistas anheladas por todos como el plebiscito, estatuto de función
pública, iniciativa legislativa popular, unificación de las elecciones
presidenciales y congresionales, y un largo etc.
Por eso es que me encanta la historia.
A todos debiera gustarles. Nos
permite conocer a los sofistas y charlatanes de ayer, al tiempo que nos da las
herramientas para reconocer a tiempo a los sofistas y charlatanes de hoy.
reysonl.blogspot.com
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