Nada dura para siempre.
Especialmente si hablamos de los recursos naturales. La humanidad, como especie, se ha convertido
en el principal depredador de los recursos del planeta y de la manera exponencial
en que se ha ido reproduciendo, tanto demográficamente como tecnológicamente,
ha disparado la demanda de bienes y servicios hoy día en volúmenes
insospechados hace un siglo.
Realmente el panorama no es muy halagüeño que digamos, y obliga a reflexionar
sobre qué alternativas nos queda para enfrentar lo que necesariamente se
avecina.
Primero, veamos cual es la situación real de los principales recursos
naturales sin los cuales se hace muy difícil al ser humano de hoy desenvolverse
en su día a día:
- Superficie Forestal : Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), solamente el 31% del planeta está cubierto por bosques, y cada año se pierde un neto de 5.2 millones de hectáreas. A ese ritmo, estaríamos hablando que en 860 años el planeta quedaría sin bosques, pero debemos tomar en cuenta que el cambio climático y la acelerada desertificación de muchos territorios en África, Asia y América del Norte podrían acercar mucho más ese aciago momento.
- Tierras aptas para cultivo: La FAO cuantifica en 4,400 millones de hectáreas las que están aptas para el cultivo en todo el mundo. Sin embargo, se considera que un 25% de éstas ya están degradadas. Se estima que el 60% de los nutrientes que contenían los suelos se han perdido desde el siglo XIX por el cambio en los patrones de uso (deforestación y crecimiento urbano).
- Petróleo: Más de la mitad de las reservas del mundo se encuentran en Oriente Medio, Canadá, Estados Unidos, América Latina, África y Rusia. Se estima que las actuales reservas se agotarán para el año 2060.
- Mercurio: Es un metal esencial en la industria eléctrica (por su conductividad) y química (para elaboración de fungicidas agrícolas e industriales). Se estima que se ha utilizado el 92% de las reservas mundiales y para el año 2020 se habrá agotado.
- Plata: Es uno de los metales preciosos, ya que se encuentra en la naturaleza en su estado puro. Es utilizado ampliamente en joyería, fabricación de monedas y en los circuitos eléctricos. Se ha utilizado el 79% de las reservas mundiales conocidas y se agotarán para el año 2035.
- Oro: Es el metal precioso más cotizado. Se considera el más maleable y dúctil de los metales. Se emplea como base para transacciones monetarias internacionales o en la elaboración de joyas. Se ha consumido el 75% de sus reservas mundiales y se espera que para el 2030 se agoten definitivamente.
- Cobre y Estaño: Respectivamente, solo quedan el 28% y 25% de las reservas mundiales y ambos son ampliamente utilizados en la industria aeroespacial, química, metalúrgica, eléctrica y electrónica. Se espera que para el año 2040 se agoten completamente.
- Aluminio, Níquel, Cobalto y Hierro: Son minerales de amplio uso en la industria. Se estima que estarán completamente agotados para el año 2100.
¿Cuáles alternativas tenemos? Innovar, explorar otras fuentes o sucumbir
En el caso de los recursos forestales y el agua, necesariamente hay que
seguir impulsando en los países más pobres la sustitución de los hornos de carbón
vegetal por carbón mineral o gas propano.
En la mayoría de los países africanos,
y muchos asiáticos, más del 80% de los hogares siguen utilizando hornos
de leña, según la FAO. Igualmente deben
endurecerse las restricciones para la explotación indiscriminada de los
recursos forestales para producir madera, y estableciendo impuestos que
desestimulen su consumo y se fomente por esa vía la fabricación de muebles con
madera sintética hecha de polietileno o polipropileno, o cualquier otro
material artificial que pueda sustituir la madera vegetal. De lograr aplicar efectivamente estas
medidas, no solo podríamos incrementar ese 31% de cobertura boscosa que
actualmente existe en el planeta, sino que también por vía de consecuencia
estaríamos incrementando la producción de agua e incrementando la biodiversidad.
En el caso de los recursos minerales que están al borde del agotamiento, urge
implementar dos estrategias alternativas para evitar el colapso de la industria
y la tecnología contemporánea, lo cual tendría consecuencias nefastas para la
humanidad y frenaría los continuos avances logrados. Estos son:
Campos petroleros |
Innovación y búsqueda de alternativas a los combustibles fósiles
El petróleo se está agotando, sin
embargo, siguen sin aparecer opciones fiables de fuentes de energía que tengan
la capacidad de sustituirlo a gran escala.
A nivel de producción energética, todavía la energía solar, eólica,
hidroeléctrica y geotérmica no es capaz de ofrecer una alternativa capaz de
hacernos prescindir de los combustibles fósiles. La energía nuclear, cuya producción es
bastante económica, no logra ser lo suficientemente confiable después de los
accidentes nucleares producidos en las últimas décadas en Rusia, Estados Unidos
y Japón dada la peligrosidad de la radioactividad. Lo que sí está claro es que, ya sea porque se
agotan las reservas petroleras o por la imperiosa necesidad de limitar la
emisión de gases con efecto invernadero, se hace necesario sustituir el consumo
de los combustibles fósiles. En el caso
de los vehículos de transporte, luce que los motores eléctricos de baterías recargables
y los híbridos (mitad combustión interna-mitad motor eléctrico alimentado por baterías)
habrán de ofrecer alternativas a precios razonables y con un desempeño
atractivo. La energía solar deberá
mejorar su rendimiento y costo de producción, al tiempo que se llegue a
comercializar para uso industrial y residencial acumuladores de energía
(baterías) que no sean sobre la base del plomo por su nocivo efecto
contaminante y tóxico. El hidrógeno sigue siendo una opción, pero la industria
no termina de desarrollar un motor capaz de trabajar con este combustible sin
que sea riesgoso para los usuarios y está siendo desarrollada una tecnología de
baterías para motores eléctricos que funcionan con hidrógeno en vez de
litio. La ventaja del hidrógeno es que
es un recurso renovable y, por ende, inagotable, y el litio es un mineral cuyas
reservas mundiales son suficientes para más de mil años de explotación.
Prototipo de vehículo de hidrógeno |
El espacio, fuente inagotable de recursos
minerales
Ya a finales del siglo XIX Konstantin Tsiolkovsky, el precursor de los
cohetes espaciales, decía “La Tierra es la cuna de la Humanidad, pero no
podemos vivir para siempre en una cuna”. Existen varios proyectos concretos para
explotar minerales en el espacio exterior, donde se podría realizar esta
actividad para suplir las necesidades de la humanidad sin afectar el
medioambiente terrícola:
Extración mineral en un asteroide |
- Minería de asteroides: Consiste en la posibilidad de explotar materias primas de los asteroides, los cuales son ricos en platino, cobalto, cobre, oro, plata, estaño, zinc, etc. los cuales son justamente los minerales que se están agotando en el planeta Tierra. Otra ventaja que ofrecen es que son ricos también en hielo de agua que a su vez serviría para soporte vital de los astronautas y para el combustible de las naves espaciales. Su explotación ofrece la ventaja de que muchos de ellos pasan a una distancia muy cercana a la Tierra, lo que reduce bastante los requerimientos de energía de propulsión de las naves espaciales, y existen por millones entre nuestro planeta y Marte, en una zona denominada “Cinturón de Asteroides”. Incluso, se plantea la posibilidad de que, por su la reducida dimensión de muchos de ellos (de pocos kilómetros o centenares de metros de diámetro), puedan ser remolcados a una estación suborbital y desde allí transportar con toda comodidad los materiales extraídos hacía nuestro planeta.
Prototipo de estación lunar |
- Minería lunar: La Luna es el satélite natural de la Tierra y, por tanto, el objeto celeste más estudiado y cercano a una distancia estable de 384,000 kilómetros, lo que permitiría hacer el viaje en unos 3 días con la tecnología actual. Tanto USA, como Rusia y China tienen proyectos concretos de colonización lunar, para establecer bases permanentes de operaciones que incluyan su exploración y explotación minera. La mayoría de estos proyectos están previstos para el año 2020. En la Luna hay abundante titanio y otros minerales raros de uso exclusivo en la industria tecnológica. Pero su principal atractivo minero es el Helio-3, un elemento químico estable y no radiactivo con un potencial energético que muchos científicos lo califican como el futuro de la producción energética terrícola. Éste es muy escaso en la Tierra, pero se han logrado hacer pruebas de laboratorio que han demostrado su potencial para producir energía a través de la fusión nuclear sin los peligros radiactivos del uranio. Se estima que en la Luna hay suficiente Helio-3 como para sustentar la producción energética de nuestro planeta durante miles de años. La clave es lograr desarrollar una tecnología que permita su explotación de manera segura y económicamente viable.
Misión en Marte |
- Explotación minera en el planeta Marte: El cuarto planeta del sistema solar es justamente nuestro vecino más cercano. Con la tecnología actual un viaje de ida duraría 3 o 4 meses, pero este planeta de dimensiones muy parecidas al nuestro ofrece la ventaja de que tiene atmosfera (la luna no tiene) que, aunque no contenga la proporción de oxigeno necesaria para respirar libremente a un ser humano, si ofrece la protección contra la radiación solar que nuestro satélite natural no cuenta. Otra ventaja de Marte que hace sostenible la implementación de colonias humanas es la abundancia del agua en el subsuelo y los polos, además de que su gravedad y la duración del día y la noche es muy parecida a la terrícola. La otra gran ventaja es la riqueza mineral marciana: Abunda el silicio, hierro, magnesio y calcio, además del oxígeno. Un pool de países ha lanzado un proyecto, llamado Mars One, que tiene previsto enviar una primera misión tripulada a Marte para el año 2025 y que ya está reclutando voluntarios para ser enviados a las primeras misiones de colonización.
Explosión demográfica |
Conclusión
El agotamiento sistemático de nuestros recursos naturales es el resultado
de un crecimiento demográfico descontrolado y por un desarrollo industrial y
tecnológico sostenido. Esto ha traído
consigo consecuencias muy negativas en el balance del ecosistema de nuestro
planeta y producido un cambio climático que está afectando las cosechas, la
salud y hasta la propia vida de las personas. Al ritmo que vamos, empezaremos
en menos de 20 años a ver como empiezan a escasear materias primas
imprescindibles para la industria metalúrgica, eléctrica y tecnológica. De no encontrar fuentes alternas ni innovar
con otros materiales o componentes químicos, nuestro modo de vida actual puede
verse seriamente afectado.
Voluntarios participantes en el proyecto Mars One para colonizar Marte |
Después de terminar la Guerra Fría, la mayoría de los proyectos de
exploración espacial fueron abandonados o retrasados por naciones como Rusia y
Estados Unidos. Veinte años después, la
imperiosa necesidad de buscar nuevas fuentes de energía y minerales que den
soporte a la industria contemporánea han hecho resurgir estos proyectos con la
novedad de que han implicado la asociación de países que en el pasado
eran antagónicos y que por fin empiezan a pensar como un solo equipo, o más
bien, en el único equipo que existe hasta prueba en contrario, el de los seres
humanos.
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