El grafiti (o graffiti), consistente en la pintura o
escritura de estilo libre realizada en lugares públicos (especialmente en el
entorno urbano), está normalmente asociada con la cultura contemporánea. Sin
embargo, en verdad esa práctica no es tan reciente.
La costumbre de desahogar penas,
deseos, sueños y pasiones en las paredes de cavernas, baños, muros y otros
lugares públicos, es incluso más vieja que la propia escritura. De eso
trataremos en este artículo.
Arte rupestre
Según el ser humano primitivo fue
desarrollando su pensamiento, también fue evolucionando su forma de comunicarse
y, particularmente, de representar su entorno y sus ideas. Es por eso que
podemos considerar el arte rupestre como la primera manifestación del “grafiti”
sobre las paredes de las cuevas y acantilados.
Manos pintadas en las cuevas de Sulawesi (45.000 años) |
Las pinturas rupestres más antiguas hasta la fecha corresponden a las encontradas en 2014 en las cuevas de la lejana isla de Sulawesi, Indonesia, donde representaciones de manos y animales salvajes fueron plasmadas en las paredes de las cavernas hace más de 45,000 años, desmontando desde entonces la teoría de que las primeras manifestaciones artísticas surgieron en Europea durante el Pleistoceno[1]. Igual están las pinturas rupestres de Altamira, España, así como las de Lascaux y Pont d´Arc, en Francia, consideradas las más sofisticadas desde el punto de vista artístico, con dataciones que alcanzan hasta los 36,000 años.
Claro, en el arte rupestre debemos diferenciar las manifestaciones puramente artísticas de los humanos primitivos, representando pictóricamente el mundo que les rodeaba, y aquellas que cumplían con un fin comunicacional más inmediatista y utilitario, el grafiti.
Cuevas de las Manos, Argentina (9.000 años) |
En ese orden, la representación rupestre más socorrida es el de las manos, donde las podemos encontrar pintadas de forma dispersa o agrupadas, posiblemente tratando de indicar el mensaje “yo estuve aquí” o “nosotros estuvimos aquí”, como lo harían hoy jóvenes de cualquier ciudad metropolitana, solo que su “saludo” se perpetuó por decenas de miles de años, mucho antes de la invención de la escritura.
Los romanos
Pero los verdaderos inventores
del grafiti fueron los romanos. Fueron los primeros en encontrarle un fin
práctico a los mensajes que plasmaban en paredes y lugares públicos, reflejando
de esa forma que, hace 2000 años, sus ciudades eran tan vibrantes, activas y
bulliciosas como cualquier urbe moderna.
Escritos en latín vulgar, los
romanos escribían grafitis con los mismos fines que se utilizan hoy en día:
consignas políticas, declaraciones de amor, insultos, burlas o celebrando la
hazaña de alguien. Eran verdaderas válvulas de escape por las que el pueblo
canalizaba sus emociones…y lo siguen haciendo.
Ninguna antigua civilización ha
sido tan documentada y estudiada como la romana. La historia normalmente se
escribe con los vestigios de los palacios y monumentos, fragmentos de textos
redactados por historiadores y filósofos, por obras de arte supervivientes al
tiempo. En fin, por la versión contada por los eruditos y oligarcas.
Sin embargo, la romana fue una
civilización que aportó a la posteridad un gran volumen de información
proveniente de los más pobres y desvalidos. Nos referimos a los grafitis.
"Admiro pared que no te hayas derrumbado, teniendo que soportar tantas tonterías escritas sobre ti" (Grafiti en uno de los muros de la Basílica de Pompeya) |
¿Cómo fue posible conservar grafitis de ciudades tan antiguas? Pues se lo debemos a Pompeya y Herculano, las ciudades sepultadas por la erupción del volcán Vesubio ocurrida en el año 79 d.C. ¿Quién iba a pensar que tan catastrófica tragedia se traduciría en la mayor conservación arqueológica de todos los tiempos?
Cuando, ya en la era
contemporánea, empezaron a realizarse las excavaciones de ambas ciudades,
quedaron al descubierto e intactas las paredes y techos de, no solo palacios,
mausoleos y villas patricias, sino también de posadas, tabernas, termas y baños
públicos, perfectos caldos de cultivo para los grafitis. Y así, desde entonces,
la historia romana empezó a escribirse de abajo hacia arriba, con los plebeyos
como protagonistas.
Tomando en cuenta que Pompeya y
Herculano eran ciudades relativamente pequeñas, la riqueza encontrada en sus
paredes seguramente no era comparable con la de Roma, que llegó a tener cerca
de 1 millón de habitantes en el siglo I. Pero al ser las mejor preservadas,
ofrecen un valioso ejemplo de la cultura popular en pleno apogeo de la
civilización romana.
"Helvio Sabino para edil", propaganda electoral en Pompeya |
Ahora bien, ¿qué podemos encontrar en los grafitis pompeyanos? Bueno, ¡pues de todo! Funcionaban prácticamente como las redes sociales de hoy día. Veamos algunos ejemplos[2]:
- Reporte de presencia: “Gneo Alleo estuvo aquí” o “Aufidus estuvo aquí, adiós”.
- Envío de saludos: "Gayo Sabino saluda con afecto a Estacio” o “Onésimo saluda a Segundo, su hermano”. Esta última inscripción es muy curiosa, porque se registra al lado una respuesta: “Segundo envía muchos y perpetuos saludos a Onésimo”.
- Denuncias: "Pagarás por tus trucos, posadero. Nos vendes agua y te quedas el buen vino para ti" o “Ampliatus Pedania es un ladrón”.
- Consejos: “Viajero, come pan en Pompeya, pero ve a Nocera a beber. En Nocera, la bebida es mejor" o "Un problema pequeño se hace más grande si lo ignoras".
- Insultos: "Virgula a su amigo Tercio: eres asqueroso" o "Samio a Cornelio: cuélgate".
- Declaraciones y desengaños amorosos: “El que ame, que florezca. Muerte a quien no conozca el amor” o “Restitutus ha engañado a muchas chicas muchas veces”.
- Propaganda electoral: "Os ruego que hagas edil a Helvio Sabino, digno de la Res Publica (Estado), hombre bueno” o "Elige a Albucio como edil".
Por igual, aparecen, por supuesto,
otros temas más profanos, como los relacionados con el sexo, que completan la
variopinta oferta de inscripciones en las paredes pompeyanas.
En fin, las inscripciones romanas
revelan la imperiosa necesidad que tenía el pueblo llano por comunicarse, por
denunciar al estafador o al adúltero, por promover a un candidato o simplemente
dar fe de que estuvo allí. Es decir, si
Facebook o Twitter creen que fueron los primeros en inventar el medio para
canalizar ese desahogo social, tengo para decirles que los romanos lo
inventaron primero.
[1]
Hallazgo publicado en la revista Nature: https://www.nature.com/articles/nature13422
[2]
Ejemplos tomados de las reseñas de Jerry Toner, en su libro “Mundo Antiguo”, y
de Mary Beard, en su libro “SPQR: A History of Ancient Rome”