Sin dudas, uno de los acontecimientos
geopolíticos que más ha capturado la atención mediática en los últimos días ha
sido el último episodio del prolongado conflicto entre Israel y los palestinos,
pero que parece va a escalar a niveles nunca antes vistos.
En este artículo vamos a concentrarnos en el contexto histórico de
un territorio que, como veremos, desde el inicio de los tiempos ha sido
escenario de conflictos entre etnias y religiones que parecen nunca acabar.
Palestina y su contexto histórico
Desde el año 3000 a.C., toda la zona
comprendida entre el mar Mediterráneo (Oeste), el río Jordán (Este), la actual
Gaza (Sur) y el río Orontes (Norte), era denominada Canaán, caracterizada por
la fertilidad de su tierra.
Mapa del siglo XIX de la Tierra de Canaán |
Poco a poco se fueron asentando distintas
tribus semitas (provenientes del Cercano Oriente), como los amorreos, jebuseos,
hicsos, arameos y hebreos. A partir del siglo XIV a.C. incursionaron también
los hititas y los egipcios que durante siglos se repartieron ese territorio.
Ya en el siglo XII a.C. llegaron pobladores
desde el Mar Egeo, que los egipcios les bautizaron como “Pueblos del Mar”. Los
más dominantes fueron los fenicios, quienes inventaron el alfabeto y forjaron
una civilización basada en el comercio que tuvo presencia en todo el
Mediterráneo, y los filisteos, que llegaron a convertirse en un aguerrido
pueblo que llegó incluso a emplear el hierro, lo cual les permitió expandirse
hacia el Este, hasta el río Jordán.
Territorio de los Filisteos |
Los fenicios llegaron a fundar muchas ciudades
en esa región, siendo las principales en esa época Arvad (actualmente en
Siria); Biblos, Sidón y Tiro (actual Líbano); Acre y Dor (actual Israel). En el
caso de los filisteos, estaban organizados en una pentápolis (cinco ciudades),
que eran: Ascalón, Asdod, Ecrón y Gat (actual Israel); y Gaza (actualmente
conocida como Franja de Gaza).
Territorio de los Fenicios |
Según los expertos, el nombre “Palestina” ha
sido producto de la evolución de la palabra con la que otros pueblos
identificaban el reino de los filisteos: “Palastu” (acadios), “Palusata”
(egipcios) y “Pleshet” (hebreo). Ya en los tiempos del historiador
griego Herodoto (siglo V a.C.) se le denominaba al reino filisteo “Palaistine”.
Por otro lado, en el siglo XIV a.C., diversas
tribus hebreas seminómadas que se establecieron en el interior de Canaán
emigraron hacia Egipto, donde con el tiempo llegaron a ser esclavizados hasta
que en el XIII a.C., guiados por su líder Moisés, se rebelaron y retornaron a
Canaán. Los hebreos migrantes y los que permanecieron llegaron a confederarse,
teniendo frecuentemente enfrentamientos con los filisteos.
Lo cierto es que, con el transcurrir de los
siglos, toda esa región, además de los permanentes conflictos bélicos que
estallaban por el control de la tierra entre filisteos, hebreos, arameos y
demás pueblos; cayó sucesivamente en manos de diferentes imperios: Asiria
(entre siglos IX y VIII a.C.), Caldea (entre siglos VI y VII a.C.), Persia (siglo
VI a.C.), Macedonia (entre siglos III y II a.C.), Roma (entre siglo I a.C.
hasta el IV d.C.) y Constantinopla (entre siglo IV y VII d.C.).
Es importante mencionar que, durante un corto
lapso de tiempo (entre el año 134 a.C. hasta el 37 a.C.), se estableció el
Reino Asmoneo, descendientes del pueblo macabeo, que abarcó desde Galilea al
norte hasta la parte sur de la actual Palestina, coincidiendo bastante su
territorio con lo que hoy es el Estado de Israel. Durante casi 100 años
impusieron el judaísmo a los pueblos no hebreos, incluyendo la circuncisión
forzosa.
Cuando el Imperio Romano conquista Levante, toda
la región de Canaán fue llamada oficialmente Palestina, después de lo cual se
produjo la expulsión de los judíos y destrucción de la ciudad de Jerusalén en
el siglo II d.C.
Mapa de la región de Palestina bajo el Imperio Romano |
A partir del año 638 d.C., Palestina cayó bajo
control musulmán durante 1300 años bajo la administración de diferentes
califatos e imperios, con algunas interrupciones durante las Cruzadas. En ese
largo período el islamismo se convirtió en la religión mayoritaria, aunque
otras profesiones religiosas monoteístas eran toleradas, como la cristiana y
judía, cuyos practicantes eran denominados como “Gentes del Libro”,
refiriéndose a la Biblia, debido a que las tres religiones tenían a Abraham
como antepasado común.
Cabe destacar que entre el año 1099 y 1291 se
estableció intermitentemente en gran parte de Palestina el Reino de Jerusalén,
administrado por los cruzados cuando lograban la victoria, bajo asedio
constante de los musulmanes que procuraban controlar Jerusalén.
Extensión del Imperio Otomano |
En el año 1517, los árabes musulmanes fueron
derrotados por el Imperio Otomano, el cual dominó Palestina hasta 1917, año en
que perdió control de ese territorio en el marco de la Primera Guerra Mundial.
Es a partir de ahí que Palestina cae en control del Imperio Británico hasta
1948, año en que fue fundado el Estado de Israel.
Lugar sagrado para las principales religiones
Pero Palestina y sus alrededores no es
solamente una zona geográfica en la que se han asentado diferentes tribus y reinado
diversas culturas o civilizaciones. Con el tiempo se fue convirtiendo en algo
aún más trascendental.
Ante todo, toda la región de Canaán
históricamente ha sido considerada por los hebreos como la Tierra Prometida, ya
que, según su creencia, el Dios Yahveh se la prometió a Abraham, patriarca de
ese pueblo (y de cuya descendencia también surgieron los árabes). En varios
pasajes del Viejo Testamento (en los libros de Génesis, Deuteronomio y Éxodo),
se reitera dicha promesa a su hijo Isaac, a su nieto Jacob y al profeta Moisés.
El territorio prometido por el dios hebreo, que
los había identificado como su pueblo “elegido”, implicaba la expulsión de sus
habitantes naturales (cananeos, amorreos, heteos, cadmoneos, jebuseos, etc.),
como se puede apreciar en Génesis 15:18-21 y Éxodo 33:1-3, y abarcaba desde el “monte
del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en
el Neguev y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo y al Líbano,
hasta el gran río, el río Éufrates”.
Como podemos apreciar, el germen del conflicto
entre Israel y Palestina surgió hace miles de años desde que las primeras
tribus hebreas migraron a Canaán con una orden de desalojo divina bajo el brazo.
Con el tiempo los hebreos cambiaron de rumbo y abandonaron
la tierra que le habían prometido migrando hacia Egipto; allí los maltrataron,
cambiaron de opinión otra vez y retornaron a la tierra que siglos atrás le
había sido concedida a Abraham y su descendencia. Eventualmente, los hebreos dominaron
gran parte del territorio a través de diversos reinos, como el de Judá e
Israel, y edificaron lugares que terminaron siendo sagrados para la religión
judaica, como el Templo de Jerusalén, construido por el rey Salomón como único
centro de culto para las doce tribus de Israel. A través de los siglos fue
destruido y reconstruido varias veces, siendo su principal vestigio el Muro de
las Lamentaciones, el lugar más sagrado de los judíos hoy en día.
Muro de las Lamentaciones, lugar sagrado para los judíos |
Igualmente, para los hebreos es particularmente
significativo el Monte Sinaí, actualmente en Egipto, lugar donde el profeta
Moisés, también venerado por los musulmanes, recibió las tablas con los X
Mandamientos.
Pero eso no terminó ahí, la historia de esta
región no hizo más que complicarse.
Cuando en el año 610 d.C. Mahoma funda el islam
y empieza difundirlo, la nueva religión empezó a propagarse con intensidad en
todo el Oriente Medio y, eventualmente, en todo el mundo, llegando a ser en la
actualidad la 2da religión más popular del globo. En una de sus peregrinaciones, el profeta
visitó una noche a Jerusalén y desde un lugar denominado Masyid al-Aqsa
ascendió a los cielos, según narra el Corán en el capitulo dedicado al “Viaje
Nocturno”.
Mezquita de al-Aqsa en Jerusalén, uno de los lugares más sagrados del islam |
Luego, en conmemoración de ese hecho, a partir
del año 690 fueron construidas la Cúpula de la Roca, la Cúpula de la Cadena y
la Mezquita de al-Aqsa, por lo que es conocida hoy esa zona de Jerusalén como
la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, convirtiéndose en el tercer lugar
más sagrado de los musulmanes.
Pero el atractivo de la tierra palestina para
las religiones no termina ahí. Resulta que esta pequeña región fue la cuna del
cristianismo, la religión más popular del mundo al día de hoy. Su profeta
Jesús, considerado por los cristianos como Hijo de Dios, nació en Belén, actual
Cisjordania, y criado en Nazareth, actual Israel. Igual de venerado es el Mar
de Galilea, donde inició el ministerio de Jesús, y muchos otros mencionados en
el Nuevo Testamento bíblico. Pero, sin lugar a duda, el lugar más sagrado para
los cristianos es la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén, edificada en el sitio
donde se supone que fue crucificado, enterrado y resucitado Jesucristo.
Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, sagrada para los cristianos |
Justamente por la importancia religiosa de
estas tierras fue que iniciaron en la Edad Media las Cruzadas, guerras
religiosas impulsadas por la Iglesia Católica para recuperar la Tierra Santa, como
era denominada esa zona, dominada por los musulmanes desde el siglo VII. Estos
conflictos bélicos se extendieron desde el año 1096 hasta 1291, a través de 9
campañas, de las cuales cinco ganaron los musulmanes, tres los cristianos y una
no tuvo ganador (8va Cruzada). Algunas fuentes calculan en 5 millones la
cantidad de muertos que ocasionaron las ocho campañas en ambos bandos.
Palestina: solución definitiva al antisemitismo,
pero con daños a terceros
A través de los siglos, el pueblo hebreo ha
sido uno de los más perseguidos en todo el mundo. El antisemitismo fue uno de
los pilares del nazismo alemán del siglo XX, pero siglos antes ya había hecho
aparición en distintos lugares, especialmente en Europa.
Expulsión de los judíos por los Reyes Católicos |
Solo debemos recordar la expulsión de los sefarditas
(judíos de la península Ibérica) por los Reyes Católicos en el siglo XV, el
caso Dreyfus en la Francia del siglo XIX, entre otros sonados episodios.
Ya en 1917, cuando Palestina estaba bajo el
dominio inglés, el Reino Unido proclamó la Declaración de Balfour, en la que
planteaba la posibilidad de crear un Estado judío en el territorio palestino.
Luego, en 1948, tras finalizar la 2da Guerra Mundial, y con el apoyo de Estados
Unidos y el movimiento sionista, es oficialmente creado el Estado de Israel.
Distribución de la tierra entre palestinos y judíos desde 1947 |
Desde entonces, no ha habido paz. Aunque la ONU
resolutó que fueran creados dos estados independientes, uno judío y otro palestino,
la realidad es que Israel ha ido tomando por la fuerza mucho más territorio del
que originalmente le había sido concedido en 1948, desalojando a los palestinos de
las tierras que por siglos ocuparon, en un episodio histórico conocido por los
árabes como “Nakba”, y prácticamente encerrándolos en territorios cercados
y militarizados por los israelíes (Gaza y Cisjordania).
Claro, Israel justifica su accionar como un
acto de defensa propia ante la amenaza constante de los países árabes y grupos
terroristas, pero el uso excesivo de la fuerza y coerción total de libertades
contra los palestinos ha hecho que una gran parte de la comunidad internacional
esté cada vez más inclinada porque finalmente se cree un Estado palestino que
goce de libertad y autodeterminación.
Los recientes hechos acaecidos en octubre 2023,
que iniciaron por una sorpresiva incursión en Israel del grupo militar Hamás,
ocasionando la muerte de más de 1300 personas, civiles y militares, pero que
desencadenaron una respuesta brutal de parte del ejército israelí, el cual
desde entonces está bombardeando de forma inmisericorde a la Franja de Gaza,
sin distinguir civiles de militares; han puesto al mundo en vilo y horrorizado.
Gaza está siendo literalmente borrada del mapa |
Aunque la sed de venganza de Israel por la
barbarie cometida por el grupo Hamás parece aún no saciarse con las 8.000 víctimas que
hasta el momento se contabilizan en Gaza, de la cual el 50% son niños,
definitivamente la vía militar, sea cual fuere su resultado, no parece poder garantizar
una paz sostenible en el tiempo. Mientras más víctimas civiles haya, más
profunda será la herida que separe a ambos pueblos y más difícil será cerrarla.
Dicen que la noche es más oscura cuando está a
punto de amanecer, tal vez este sea el caso y el agudizamiento de este antiguo
conflicto haya llevado las cosas a un punto tal que estemos hoy más cerca de una solución
definitiva, aunque no sea la esperada por los más radicales de ambos bandos: los sionistas de Israel y los
extremistas de Palestina.
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