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domingo, 30 de agosto de 2015

Eminencia gris: Cuando el poder se encuentra detrás del trono


Coloquialmente decimos que tal o cual personaje es el “poder detrás del trono” cuando el mismo es quien toma las decisiones y no quien detenta oficialmente el poder  o la conducción del gobierno.  Puede no tener funciones formales pero ejerce una influencia tal sobre el jerarca que lo maneja a su merced y casi siempre buscando su propio beneficio, ya sea este económico o político.

En la Historia tenemos muchísimos ejemplos de este fenómeno, que existe desde el origen de las civilizaciones y que la era contemporánea no está exenta. Estos personajes que operan tras bambalinas normalmente surgen aprovechando que tienen una relación cercana con quien detenta el poder (sea esta amistosa, familiar o sentimental) y éste es débil de carácter y/o incapaz de tomar decisiones por sí mismo, o símplemente por conveniencia política.

En nuestro artículo nos concentraremos principalmente en aquellos que, dotados de una notable inteligencia y capacidad de maniobra, influencian de tal forma sobre los jefes de estado que éstos terminan siendo simples títeres y sirviendo a los intereses de su “asesor” o “consejero”.  Nos referimos a lo que en Francia se acuñó con el término “Eminencia Gris”.

El origen del concepto Eminencia Gris
El término se utiliza para describir a un consejero de soberanos o gobernantes que opera secretamente o no oficialmente, y fue por primera vez utilizado para referirse a Francois Leclerc, mejor conocido como Padre José, quien era el monje capuchino consejero del Cardenal Richelieu, el poderoso primer ministro que dirigió los destinos de Francia desde 1624 hasta 1642.  Como al primer ministro le llamaban comúnmente “Su eminencia roja”, por el color del ropaje de los cardenales, al fraile le llamaban sarcásticamente “eminencia gris”, por el color de sus hábitos y su gran influencia en las decisiones de gobierno.  El Padre José fue responsable de crear una amplia red de informantes al servicio del Cardenal Richelieu, conformada exclusivamente por monjes capuchinos.  Su estrecha relación con el primer ministro quedo evidenciada cuando al morir en 1638, Richelieu escribió «pierdo mi consuelo y mi único alivio, mi confidente y mi apoyo».


El Cardenal Richelieu y el Padre José

Casos más conocidos de la Historia
El famoso humanista e intelectual florentino Nicolás Maquiavelo, autor de El Príncipe, fue también una eminencia gris.  Durante el establecimiento de la República de Florencia, desde 1494 hasta 1512, fue el personaje político más influyente, ocupando diversas posiciones, incluyendo la de canciller.  Durante ese período como funcionario público, no aceptaba la paga que ameritaban las altas posiciones que ocupaba, por no considerarlo correcto.


Nicolás Maquiavelo

Pero el caso más famoso de eminencia gris es el de Charles Maurice de Talleyrand, ya que se hizo indispensable en seis gobiernos de Francia diferentes, convirtiéndose en un verdadero camaleón, ya que ejerció notable influencia en el reinado de Luis XVI, en la Revolución Francesa que lo derrocó y decapitó, en el Directorio, en el Reinado de Napoleón Bonaparte, en la primera Restauración Monárquica y en la Monarquía de Julio. Prevaleció durante más de 40 años en la política francesa, y hoy en día es sinónimo su nombre de malicia, astucia y poderío tras bambalinas.


Charles Maurice Talleyrand

Otro francés, Joseph Fouché, fue una personalidad poderosa e influyente durante la tormentosa época que le tocó vivir. Ejerció su poder durante la Revolución Francesa y el imperio napoleónico. Se le considera fundador del espionaje moderno y se destacaba porque prefería manejar los hilos del poder desde las sombras a ostentar el título de gobernante.  Contribuyó al derrocamiento de Maximiliano Robespierre, desarticuló la “Conspiración de los Iguales”, participó en el golpe de estado contra el Directorio para llevar a Napoleón Bonaparte al poder y no vaciló a la caída de éste para negociar con Luis XVIII  la devolución de su trono a cambio de su nombramiento como ministro.


Joseph Fouché

Pero las eminencias grises existían mucho antes del siglo XVII.  En la antigua Roma era común que los emperadores y reyes tuviesen consejeros que llegaron a tener notable influencia.  El caso más famoso es el de Séneca, el célebre filósofo, quien sirvió como consejero imperial de los emperadores Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón.  Cuando se dio el complot palaciego que terminó con la vida de la madre del emperador Nerón, Agripina, Séneca fue expulsado de la corte y decidió suicidarse para evitar la desconsideración pública.


Suicidio de Séneca

Durante la Alemania nazi, Martin Bormann fue un militar que ostentó varios cargos, pero el que más influencia ejercía era el de secretario personal de Adolf Hitler, y a quien el fuhrer consideraba su “hombre de confianza”.  Bormann medró todo el tiempo para lograr que Hitler le retirara la confianza a muchas personalidades de su entorno y en un momento determinado era quien decidía quién podía reunirse o no con el líder alemán. A Bormann se le acusa de que, con sus maquinaciones, aisló de tal forma a Hitler que lo desconectó de la realidad política de su entorno hasta su inevitable caída en agosto de 1945.
Martin Bormann y Adolph Hitler
Otro caso verdaderamente icónico de nuestra era es Henry Kissinger, quien dirigió desde 1969 y 1977 la diplomacia norteamericana, como Secretario de Estado tanto de Richard Nixon como de Gerard Ford, además había sido previamente Consejero de Seguridad Nacional.  Fue el personaje más influyente en materia de política internacional de los Estados Unidos y responsable de muchos hechos, tanto positivos como negativos, que lo convierten en uno de los personajes más polémicos del siglo XX, que llegó incluso a solicitudes formales de retirarle el Premio Nobel de la Paz obtenido en el año 1973. Logró establecer las relaciones entre Estados Unidos y China en 1972, firmar la paz en la Guerra de Vietnam en 1973 y negociar la paz tras la crisis desatada por la Guerra de Yom Kipur entre Egipto y Siria contra Israel.  Sin embargo, fue el cerebro detrás de la imposición de dictaduras militares aliadas a Estados Unidos tanto en Latinoamérica (Chile, Argentina y Paraguay) como en otras latitudes (Indonesia por ejemplo) y se le ha acusado de ser responsable indirecto de los genocidios de Timor Oriental, Camboya y Laos.


Henry Kissinger y Richard Nixon

El caso latinoamericano más notable es el de Vladimiro Montesinos en Perú.  Bajo los gobiernos de Alberto Fujimori desde 1990 hasta el año 2000 (que muchos consideraron como una dictadura), Montesinos fue el jefe del Servicio de Información Nacional (SIN) y asesor presidencial que ejerció como el verdadero poder detrás del trono durante esa década.  Actualmente guarda prisión por varias acusaciones, entre ellas genocidio y terrorismo de Estado, además de enriquecimiento ilícito.


Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos

Mujeres que ejercieron el poder detrás del trono
No siempre el poder estuvo en manos de aliados o consejeros políticos que por su inteligencia y habilidades estratégicas se convirtieron en indispensables para los gobernantes.  Abundan los casos de mujeres que, con iguales atributos, aprovecharon la relación sentimental que sostenían con el monarca para ejercer su autoridad.

Imagen de Justiniano junto a Teodora

Está el caso de Teodora, quien era la amante del emperador bizantino Justiniano y que por ser meretriz y actriz circense no pudo casarse con él en un primer momento, hasta que logró que se aprobara una ley que así lo permitiera en el año 525 DC. A partir de ahí, ya como emperatriz, Teodora pasó a la historia como la impulsora de las primeras leyes feministas que se conocen, incluyendo una que permitía el aborto.  Su valentía y sangre fría se constituyeron en un apoyo indispensable para el titubeante Justiniano, y se dice que las batallas difíciles las dirigía ella junto al general Belisario.


Grabado que representa la imagen de Marozia
Grabado del Papa Sergio III




















Encontramos otra Teodora en la Historia, que esta vez junto a su hija Marozia, controlaron durante principios del siglo X el papado, período conocido como el Reinado de las Prostitutas o Pornocracia. Ellas dos fueron responsables de la designación de, al menos, 12 papas de la Iglesia Católica:  Desde Sergio III en el año 904 (amante tanto de Teodora como de Marozia) hasta Juan XII en el año 955 (nieto de Marozia), éste último mejor conocido como el “Papa Fornicario”.  Es fácil imaginar la razón de este apodo.


Evita y Juan Domingo Perón

Por supuesto que no todos los casos de mujeres detrás del trono tienen una connotación inmoral, de hecho es todo lo contrario. Por ejemplo, mas recientemente, en el siglo pasado en Argentina, tenemos a Eva Perón, esposa de Juan Domingo Perón, quien fue presidente durante el período 1946-1952, y quien como primera dama fue extremadamente popular especialmente entre la clase humilde. Dirigió la política social del gobierno y fue una intensa activista por los derechos de la mujer. En vida fue declarada Jefa Espiritual de la Nación y murió a los 33 años por un cáncer fulminante en momentos en que su estrella política era ascendente y grandes segmentos de la población demandaban que fuera proclamada candidata vicepresidencial en la campaña para la reelección de su marido.

Conocer la Historia es un pasatiempo fascinante, no solamente porque nos cultiva el intelecto y el acervo cultural sino porque es la forma ideal de saber cómo llegamos aquí y así tener una idea de hacia dónde podríamos llegar.  Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla (frase atribuida por algunos a Napoleón y a George Santayana por otros); por tanto, siempre nos vendrá bien sumergirnos en sus laberintos y dejarnos deslumbrar por acontecimientos, algunos muy conocidos, otros no tanto, que nos han colocado en el punto exacto donde nos encontramos. 

Seguir avanzando o volver atrás depende de nosotros, hoy.

  

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