El Covid-19 es una de las
pandemias más catastróficas de todos los tiempos, no hay duda. Hasta la fecha,
más de 100 millones de personas han sido infectadas en todo el mundo y 2.2
millones han fallecido.
Si medimos el impacto desde el
punto de vista económico, los números también son alarmantes. Según organismos
como Banco Mundial o Fondo Monetario Internacional, la recesión mundial rondará
el 5% del PIB. Las medidas que los países han tomado para frenar la propagación
de la pandemia han provocado una repentina desaceleración económica solo
comparable con la Gran Depresión de 1929. Miles y miles de fábricas y negocios
cerrados, millones de personas perdiendo su empleo y cientos de proyectos de
inversión detenidos han parado en seco el crecimiento económico y colocado a
las naciones, especialmente las más pobres, al borde del colapso económico y
social.
Afortunadamente, si es aplicable
el término en este contexto, el advenimiento de esta epidemia en una época
caracterizada por el intensivo desarrollo tecnológico ha permitido aprovechar
las tecnologías convergentes para combatir de forma más efectiva el virus. Por
tanto, es la primera pandemia en un mundo hiper-conectado, por lo que de la
rapidez y eficacia del uso de la información y recursos disponibles dependerá
el éxito que se tenga al enfrentarla.
Aunque unos países han logrado
mayor efectividad que otros, como veremos a continuación, la acertada
aplicación de herramientas previamente existentes ha permitido llevar a cabo
iniciativas innovadoras que han resultado ser efectivas para afrontar la
presente emergencia sanitaria.
Tecnologías digitales contra
el Covid-19
Distintas tecnologías, tanto emergentes como convergentes, han probado ser sumamente efectivas en el control de la pandemia en los distintos países donde se han implementado:
- Drones y
robots: La alta transmisibilidad del Covid-19 ha empujado el uso de
máquinas autónomas para labores de desinfección y delivery de alimentos o
medicamentos. China y Corea del Sur han utilizado ampliamente drones para
desinfectar calles y parques, mientras que utilizan robots que emiten rayos UV
para desinfectar hospitales, autobuses, etc. Ejemplos de repartidores
automatizados son Roxo de FedEX, Amazon Scout y Keenon Robotics.
Roxo, el robot de entrega de FedEx - Reconocimiento
Facial: Muchos fabricantes de software han actualizado sus aplicaciones de
reconocimiento facial para adaptarlas al contexto actual, en el que la mayoría
de las personas utilizan mascarillas para evitar el contagio. Gracias a estos upgrades, los cajeros automáticos y las
cámaras de vigilancia están en capacidad de reconocer rostros aún utilicen
mascarillas. También los fabricantes de celulares han realizado estas mejoras
para facilitar el desbloqueo del dispositivo reduciendo la exposición del
usuario. A esta tecnología también se le ha incorporado sensores de temperatura
para, de una forma no invasiva, detectar personas infectadas, especialmente en
aeropuertos.
Cámaras termales en los aeropuertos de Indonesia - Chatbots: Los bots conversacionales se han utilizado ampliamente, no solo para
suplir informaciones sanitarias, sino particularmente para facilitar el triage de pacientes sin hacer colapsar
las líneas telefónicas. Mediante un cuestionario llenado por el usuario desde
su celular o computadora, el chatbot
puede procesar grandes cantidades de pacientes para identificar aquellos que
realmente necesitan una atención personalizada de un facultativo. En hospitales
de Seattle, Estados Unidos, con el apoyo de Microsoft, se reportaron las
primeras prácticas exitosas de esta herramienta[1].
Chatbot "Clara", desarrollado por los CDC en Estados Unidos - Big Data:
El procesamiento masivo de información de los ciudadanos ha permitido en muchos
lugares contrarrestar la expansión del virus. Por ejemplo, desde el inicio de
la pandemia en China analizaron millones de datos de ciudadanos y determinaron
que el 80% de los contagios eran producidos por contacto intra-familiar, por lo
que empezaron a aplicar aislamiento a los miembros de la familia del infectado.
Eso les permitió bajar de 3,500 casos diarios en enero 2020 a solo 24 diarios
en apenas dos meses. En Corea del Sur, a raíz del descubrimiento de que una
sola persona, identificada por los medios como “paciente 31”, fue responsable
de infectar a 1,000 personas de su familia y comunidad, empezaron a rastrear
los contactos de las personas positivas al Covid-19 utilizando la
geolocalización de los móviles.
Mapa de Calor de la propagación del Covid en Estados Unidos - Blockchain: Esta forma de estructurar los datos se ha convertido en una tecnología clave para desarrollar sistemas que garanticen la trazabilidad de los productos desde que salen de fábrica hasta que llegan al escaparate de la tienda minorista, permitiendo a los consumidores o autoridades determinar si no estuvieron afectados por el brote epidémico. Igual este mecanismo es útil para que toda la información médica que se comparte se realice de forma segura y confiable. En momentos en que abundan tantas noticias falsas, el blockchain también puede asegurar el origen de las informaciones que son divulgadas por los medios.
- Aplicaciones
Móviles: Ante la popularidad de los teléfonos móviles (en Latinoamérica por
ejemplo la mayoría de los países tienen una teledensidad móvil superior al
80%), muchos gobiernos optaron por lanzar aplicaciones obligatorias para
realizar rastreo de contactos (Contact
Tracing) o la delimitación de “geo-fences”
(perímetros virtuales para advertir a las personas que están ingresando a una
zona de alto riesgo de contagio). Una de las Apps más exitosas ha sido TraceTogether, que permitió a Singapur
reducir sustancialmente los contagios. Dicha App ha sido emulada por muchos
países, entre ellos Alemania. También estas aplicaciones, utilizando códigos
QR, pueden ser utilizadas para determinar si un ciudadano puede estar en la vía
pública (porque no es Covid positivo) o denegándole el paso por ser positivo o haber
estado expuesto al mismo.
TraceTogether, la exitosa App de Singapur - Telemedicina:
La pandemia ha implicado un gran desafío para los profesionales de la salud,
que, al estar en contacto directo con los pacientes, están sometidos a un alto
riesgo de contagio. Otra razón que ha motivado que la demanda de la
telemedicina se haya disparado, es que muchos pacientes con otras enfermedades
temen acudir al hospital e infectarse allí del coronavirus. Incluso, la
telemedicina es una solución para que los facultativos que están aislados en
sus casas por haber sido infectados, pero que se encuentran asintomáticos,
puedan atender pacientes por los canales virtuales. Para realizar estas
consultas virtuales se han desarrollado en el mercado diferentes instrumentos:
estetoscopios digitales, cámaras de otoscopio, dermascopio e intraorales.
También existen dispositivos “wearables”
que pueden ser utilizados por los pacientes para transmitir en tiempo real a su
médico sus signos vitales.
Paciente en una sesión de Telemedicina - Impresión
3D: Ante el colapso de los sistemas sanitarios de todo el mundo, la
impresión 3D ha surgido como una alternativa válida y económica para reponer
suministros médicos, tales como mascarillas, aparatos respiratorios, válvulas
de ventilación, filtros de respiración, etc.
Válvulas respiratorias fabricadas en impresoras 3D
Componentes de las estrategias
contra el Coronavirus que pueden sustentarse en la tecnología
Como explican en su estudio un grupo de investigadores del Instituto Canadiense de Investigación en Salud[2], las tecnologías digitales pueden ser aplicadas en los siguientes componentes de una estrategia anti Covid:
- Seguimiento de Propagación: Monitoreo y seguimiento de la propagación de la enfermedad en tiempo real. Para esta función se utilizan dashboards, mapas de calor, Machine Learning y data en tiempo real de los teléfonos móviles. China y Singapur han sido de los países más destacados en este aspecto y la Universidad John Hopkins de Estados Unidos gestiona uno de los dashboard de monitoreo global más utilizados.
- Detección de infectados: Evaluación de personas para detectar la enfermedad. En esta tarea se utilizan con frecuencia sensores de temperatura, cámaras térmicas, Inteligencia Artificial y aplicaciones móviles. China, Singapur e Islandia han exhibido excelentes resultados en este aspecto.
- Rastreo de Contactos: Identificación y rastreo de personas que han tenido contacto con un infectado. Se utiliza principalmente aplicaciones móviles con acceso al GPS o Bluetooth de los celulares. Los esfuerzos más destacados en rastreo de contactos son los de Corea del Sur, Singapur y Alemania.
- Cuarentena y Auto Aislamiento: Identificación y rastreo de personas infectadas para asegurar el cumplimiento de la cuarentena. La tecnología utilizada aquí es básicamente Inteligencia Artificial, cámaras digitales y aplicaciones móviles con acceso a GPS. China, Australia, Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán presentan las mejores prácticas en la vigilancia de la cuarentena por mecanismos digitales.
- Gestión Clínica: Diagnóstico de individuos infectados, monitoreo de estatus clínico, pronóstico de resultados y servicios de telemedicina y cuidado remoto. Para estos fines la Inteligencia Artificial, Machine Learning y las plataformas de telemedicina son las tecnologías más utilizadas. Tanto China como Canadá y Estados Unidos son los países que han desplegado mayores esfuerzos para aprovechar la tecnología en la gestión clínica.
Lo interesante de todo esto es
que estamos hablando de tecnologías ampliamente utilizadas y, por tanto,
disponibles y asequibles. La mayoría de estas implementaciones no requieren
grandes inversiones, solo disposición y coordinación de recursos humanos y
tecnológicos al alcance.
Por supuesto que, el uso
intensivo de la tecnología para combatir el Covid-19, plantea el desafío que
representa la brecha digital, donde una parte importante de la población podría,
por ejemplo, no beneficiarse por carecer de un teléfono inteligente o de
suscripción a banda ancha. En esos casos es menester llevar adelante
estrategias que permitan impactar a esos segmentos poblaciones, como es el caso
del patrocinio de datos, que puede ser realizado tanto por el sector público
como el privado, para que las aplicaciones móviles anti Covid puedan ser
utilizadas aún sin tener saldo.
También sale a relucir la
preocupación sobre el uso de los datos personales, especialmente cuando se
trata de datos médicos. Implementar estrategias tecnológicas para enfrentar la
pandemia, también requiere del reforzamiento de los protocolos de seguridad de
la información y el establecimiento de políticas claras sobre el tratamiento de
los datos personales. Afortunadamente, muchos gobiernos y organizaciones de
renombre han desarrollado protocolos de protección de datos personales a los
cuales se han acogido diferentes países con excelentes resultados. Tal es el
caso de BlueTrace, el protocolo
aplicado en Singapur, el PEPP-PT[3]
aprobado por la Unión Europea, el Safe Paths desarrollado por el MIT en Estados
Unidos o el desarrollado por Apple y Google para los celulares con sistema
operativo IOS o Android.
En cuanto a Latinoamérica, los únicos países que se han destacado hasta la fecha porque sus gobiernos han aprovechado la tecnología para combatir el Covid-19 (principalmente para hacer Contact Tracing) han sido Argentina (con su App CUIDAR), además de Chile y Colombia con su aplicación móvil homónima CoronApp. También Panamá, Perú, Costa Rica y Paraguay han desarrollado Apps pero más de índole informativo o funcionalidades limitadas.
Lo que es innegable es que la
tecnología, bien utilizada, nos hace más resilientes y nos permite superar más
fácilmente desafíos tan traumáticos como el Covid-19. Es una ventaja que no
puede ser desaprovechada.
Muchos países han demostrado que
sí es posible. La pregunta sería, amigo lector, ¿Cómo está aprovechando tu país
la tecnología para superar la pandemia?
[2] Sera Whitelaw, Mamas A.
Mamas, Eric Topol y Harriette Van Spall en su artículo “Applications of digital technology in COVID-19 pandemic planning and
response” disponible en
https://www.thelancet.com/journals/landig/article/PIIS2589-7500(20)30142-4/fulltext
[3] Pan-European Privacy-Preserving Proximity Tracing