A través del tiempo, en la
literatura han surgido personajes intrigantes que, a la luz del día, son
personas educadas y de trato fino, pero que en las sombras se dedican al
pillaje. Algunos de ellos son muy conocidos por todos, a quienes se les han
dedicados novelas, obras de teatro y producciones de televisión o cine.
Eran delincuentes por sus
acciones realizadas al margen de la ley, pero motivados por buenas razones,
que, en ocasiones, rayaban en la filantropía.
Conozcamos a los caballeros y
ladrones más conocidos de la literatura, así como los personajes históricos que
pudieron inspirarlos.
Origen histórico de los
personajes literarios
El primero que podemos considerar
compatible con esta visión es Ghino di Tacco, quien se dedicó en el siglo XIII
al robo y saqueo en el centro de Italia, proveniente de una familia noble que
se tornó en contra de la declarada República de Siena. Inicialmente fue ayudado
por su padre, tío y hermano, formando la “Banda de los Cuatro”, aunque luego se
dedicó por su cuenta al bandolerismo. Hizo notoriedad por el buen trato que
daba a sus víctimas, a quienes, después de despojarlas, les dejaba lo
suficiente para sobrevivir y hasta les curaba de sus dolencias. Su notoriedad
fue tal que Giovanni Boccaccio lo menciona en el Decamerón[1]
y Dante Alighieri también lo hace en la Divina Comedia[2].
Ghino di Tacco |
Otro caso fue el de Robin Hood. Aunque aquí se trata de un personaje con menos aval histórico, las múltiples referencias sobre su vida y aventuras confieren algo de veracidad a este famoso héroe del folclore inglés del siglo XIII (algunos autores hablan del siglo XII). El hecho es que Robin, junto a un grupo de forajidos, asaltaba a los nobles que atravesaban los bosques de Sherwood y repartía el botín entre los pobres. Según varias fuentes, Robin Hood era en realidad un noble autoproscrito que se había levantado en armas contra la monarquía. Obras muy conocidas como Ivanhoe[3], escrita por Walter Scott, lo menciona.
Memorial de Robin Hood |
También en Alemania se dio el fenómeno de los Raubritters, “barones ladrones” o “caballeros ladrones”, que asediaron en el siglo XVI los caminos del Sacro Imperio Romano-Germánico. Sucede que en esa época el dinamismo comercial de las ciudades, el fortalecimiento de la burguesía y el avance del protestantismo habían hecho que el clérigo y los nobles caballeros perdieran cada vez más influencia y dinero. Eso empujó a los últimos a dedicarse al bandolerismo para sobrevivir. El término tuvo auge a partir del siglo XVII gracias a la literatura caballeresca[4].
Grabado representando un ataque de los Raubritters |
Ya a finales del siglo XIX empezó a popularizarse en Estados Unidos el término “Robber baron” o “barones ladrones” para referirse de forma despectiva a los hombres de negocio de ese país que hicieron fortuna de forma inescrupulosa. Según el historiador norteamericano Matthew Josephson[5], entre los millonarios de la época considerados como “barones ladrones” estaban Andrew Carnigie, J.P. Morgan, John Cleveland, J.D. Rockefeller, Cornelius Vanderbilt, entre muchos otros, fundadores de grandes emporios y fortunas “respetables”.
Ilustración satírica alusiva a los "barones ladrones" en USA |
Los caballeros y ladrones más famosos de la literatura
Desde su aparición como personajes literarios desde el siglo XIV, estos son los caballeros ladrones más conocidos de la literatura:
- Rocambole:
Creado en 1857 por el escritor Pierre Alexis, Vizconde de Ponson du Terrail, se
trataba de un ingenioso y caballeroso ladrón que robaba por una buena causa y
dejaba como firma en el lugar del delito una sota de corazones. Sus aventuras
fueron publicadas en series en los diarios franceses entre los años 1857 y
1870.
Publicación de Rocambole de 1857 - A. J.
Raffles: Denominado también como el “ladrón de los guantes de seda”, fue
creado por el escritor inglés E.W. Hornung, quien fuera cuñado de Arthur Conan
Doyle[6].
Raffles, mientras de día juega cricket en la alta sociedad, de noche realiza
ingeniosos allanamientos disfrazado de forma magistral. Es un cínico de la
sociedad desigual y, a pesar de ser un ladrón “aficionado”, tiene escrúpulos,
teniendo como norma nunca matar a nadie. Las historias de Raffles están
recopiladas en cuatro series publicadas desde 1899 hasta 1909.
Publicación de Raffles de 1904 - Arsenio
Lupin: Es un personaje creado por el escritor francés Maurice Leblanc.
Apareció en diversas series de historias publicadas desde 1905 hasta 1941.
Lupin, a pesar de ser un delincuente, no es malvado. Selecciona a villanos que
son mucho peores que él, comportándose siempre de forma elegante y seductora.
Publicación de Arséne Lupin de 1909 - Simon
Templar "El Santo": Creado por Leslie Charteris, de origen singapurense, en 1928. Es
un ladrón que realiza hazañas heroicas, con un gran sentido del humor. En la
escena del crimen deja una tarjeta de presentación consistente en una figura
antropomorfa con un halo de “santo”. La serie de libros fue publicada hasta
1963. Tenía como norma que sus ingresos debían provenir de los bolsillos de los
“impíos”.
Publicación de El Santo de 1930
La literatura nos ha enseñado
que, por una buena causa, hasta el más noble puede colocarse en el lado
contrario de la ley, especialmente si considera esta injusta y aplicada solo para
favorecer a los más ricos en contra de los más desprotegidos. Cuando eso
sucede, debemos estar atentos, porque entonces podría aparecer un caballero,
aparentemente acomodado e indiferente, pero justiciero, que decida aplicar justicia por sus
propias manos.
Por suerte, estamos hablando de
ficción…aunque no siempre.
[1]
Libro compuesto por 100 cuentos que describen la vida en Florencia en el siglo
XIV, publicada en 1349. Considerada una obra cumbre de la literatura universal.
[2]
Poema compuesto por tres partes (Infierno, Purgatorio y Paraíso), siendo
publicada la última parte en 1321. También considerada una obra cumbre de la
literatura universal.
[3]
Novela histórica ambientada en la Inglaterra medieval, que describe las
fricciones entre la nobleza sajona y normanda en el siglo XII.
[4]
Género literario en prosa que se caracterizaba por narrar las hazañas de
caballeros. También llamados “libros de caballerías”.
[5]
Autor en 1934 de la obra “The Robber Barons: The Great American Capitalists,
1861–1901”.
[6]
Creador del personaje de Sherlock Holmes.
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